Me brindan la oportunidad los camaradas de mi partido de dirigir, mediante un artículo, unas palabras como cargo público, ante el reto de que, aunque sea por unos días, el «sentimiento Pasionaria» en Llangréu y en estas Cuencas no se desvanezca y podamos todos juntos disfrutar de unas actividades que para todos los gustos tiene preparadas el comité local del PCE en el municipio y a las que invitamos solidariamente a todos los vecinos, comulguen con nuestras ideas o no.

La verdad es que la tarea resulta ardua, al encontrarme con que los otros articulistas puedan dar más lecciones a través de su propia experiencia de la que pueda tener yo, pero me incliné por este título por lo que se puede entender hoy día como el socialismo llevado a la práctica y su otra óptica de entender la realidad para luego transformarla.

Si no existiesen comunistas, habría que inventarlos, ya que, ¿quién podría entender que con las injusticias actuales del mundo no hubiese ningún colectivo organizado para su defensa, apoyo y, cómo no, denuncia pública? Es aquí donde tomar conciencia de clase de que todos somos iguales, de que cualquier trabajador, sea de donde sea, tiene el derecho a reclamar las mejores condiciones para efectuar su trabajo, supone la base de lo que podríamos alumbrar como nuevo mundo o la otra manera de ver las cosas.

Porque, aunque parezca lo contrario, sí que se puede hacer de otra manera, de la manera de redistribuir mejor las riquezas de este mundo, de conseguir las mayores cotas de autogobierno, de la reclamación de derechos esenciales que ahora parecen olvidados y, cómo no, de la cantidad ingente de jóvenes y no tan jóvenes que retroceden en sus condiciones laborales años atrás en cada reforma laboral emprendida por gobiernos populares o socialdemócratas.

De lo que no cabe tener duda es en la necesidad mostrada en los últimos días acerca de si ser comunista y ver a la organización política como algo vivo, después de años, es visto por algunos y desde dentro como una especie de deslealtad hacia lo que supone el referente electoral que hasta ahora era Izquierda Unida; nada más ajeno a la realidad que querer ocultar la situación, una situación que tras el descalabro electoral nos hace o debería hacernos reflexionar acerca de lo acertado o no en los planteamientos y, cómo no hemos sido capaces de predecir que hoy día el referente electoral del que nos hemos dotado los comunistas desde hace 22 años está hecho añicos debido a planteamientos erróneos de fondo.

Ya no se trata de clamar más que nadie por la injusta ley electoral que hace que nuestra fuerza política se diluya en beneficio de opciones nacionalistas cuya capacidad de chantaje al Estado español, elección tras elección, es de sobra conocido, sino de, con esa misma ley, hoy defenestrada por el descalabro electoral en otros momentos también nos perjudicaba. El PCE como aludíamos en nuestro XVII Congreso, ha de estar preparado para salir a la calle, para visualizarlo como fuerza de futuro y para que en cada rincón de este Estado donde sufra cárcel un trabajador, un sindicalista, donde cada injusticia contra jóvenes y mujeres tenga un apoyo extremo, la derecha tenga encima el aliento de una fuerza permanente de izquierdas irreductible, movilizadora y con capacidad de crear conciencia de clase en estos momentos donde la ausencia de ella es la tónica fundamental.

Han bastado apenas unas semanas de debates agitados, de enfrentamientos en torno a la recuperación del proyecto para que desde Llangréu empezásemos a ver caras que desde hace años no veíamos, una satisfacción contenida entre veteranos militantes y unos apoyos de la gente joven que veía cómo desde un minúsculo punto en el mapa y ajenos a los equipos dirigentes sembrásemos de dudas si lo que estamos a punto de alumbrar tiene cabida, éxito, o se trata de flor de un día. Esa ilusión no nos la debe de quitar nadie y, al igual que esta Semana cultural pretende recuperar lo mejor que ha dado de sí la lucha por el socialismo, el debate profundo, el no retroceder en la dignidad como personas podrá hacer renacer en todos nosotros la idea de que una nueva izquierda anticapitalista, revolucionaria, republicana y antisistema puede tener lo mejor que se espera de cualquier organización política, el apoyo de su propia gente.

Asistamos con serenidad a esta V Semana cultural, pongamos todo nuestro empeño en que la Pasionaria existe en cada lugar donde un hombre o una mujer no tengan trabajo, lo tengan precario o no puedan realizarlo por falta de medidas de seguridad. Cómo no, recojamos de nuevo los únicos carnés por los que mereció la pena luchar, morir y hasta correr riesgos, para que, siendo muchos, el debate se agrande, que decidan los y las comunistas lo que queremos del futuro, y, una vez decidido, todos a una, a la defensa de un proyecto tan creíble como la Izquierda Unida de Gerardo Iglesias, o del camarada Julio Anguita, o del anterior PCE de Dolores, Rafael Alberti y nuestro querido Horacio Fernández Inguanzo.

Camaradas, tenemos una nueva cita con el PCE, con los actos culturales, con la corderada y con la recogida de carnés; tiempo habrá para el debate, pero, de momento, necesitamos de todo vuestro apoyo para seguir mostrando a la ciudadanía langreana por qué, no hace mucho tiempo, merecimos de su confianza para desarrollar un programa de gobierno para este municipio y por qué podemos estar de nuevo en la senda para conseguirlo. ¡Viva el PCE! ¡Viva la República!

Alejandro López es portavoz del grupo municipal de IU-BA en Langreo