Langreo, L. M. D.

El distrito langreano de Riaño fue escenario en la madrugada del sábado de un nuevo acto de vandalismo. A las cinco de la mañana, los vecinos de la zona cercana a los colegios Turiellos y Clara Campoamor alertaban a los bomberos de la existencia de un gran fuego proveniente de la Sidrería Castaño, ubicada justo enfrente de la sede de la asociación de vecinos. Pese a su rápida intervención, la terraza del bar, así como su sistema eléctrico, quedaron completamente calcinados. El fuego también afectó a la fachada del edificio y a las ventanas. Afortunadamente, las llamas no se propagaron al interior de la sidrería, a la que sí entró el humo y la ceniza, que mancharon todo el interior del establecimiento.

La propietaria de la Sidrería Castaño, Concepción Nava, explicó que «a las cinco de la mañana nos llamaron los vecinos, diciéndonos que habían llamado a los bomberos porque el bar estaba quemándose». Nava contó que «según nos dijeron, la gente del 112 y la Policía llegaron en muy poco tiempo. Gracias a ello tal vez se ha salvado el negocio. Se han portado muy bien». La dueña del negocio explicó que en la parte exterior, la más afectada, se quemaron «el toldo de siete metros, diez mesas y cuarenta sillas». Fue en esta zona donde se originó el fuego. «Estas cosas no pueden suceder. Querer arruinar un negocio así como así», apuntaba Nava. Fuentes policiales apuntaron que no se intentó robar en la sidrería, y que lo más probable es que se tratase de un nuevo acto vandálico.

Algunos vecinos congregados alrededor de la sidrería denunciaron además que hay algunos comerciantes de la zona que «han recibido cartas en las que se amenaza con quemar sus bajos», unos hechos que ya se han puesto en manos de la Policía. Sin embargo, este no era el caso de la Sidería Castaño.

En las últimas semanas, Langreo ha sufrido varios actos vandálicos protagonizados por pirómanos. En uno de ellos, una pareja quemó, en poco más de dos horas, un total de 23 contenedores de basura y reciclaje en La Felguera y Sama. Pocos días después, la Policía volvía a detener a una de estas personas por quemar contenedores mientras llamaba al 112 facilitando falsas ubicaciones de los incendios.