Langreo, Pablo CASTAÑO

En una panera del pueblo langreano de El Carmen aparece una reveladora inscripción: «Esta obra la izo Rodrigo Álbarez. Año de 1741». La construcción, decorada con vistosos grabados en liños y colondras, tiene belleza y antigüedad para ser respetada, pero el espacio situado entre los pegollos se ha convertido en una cochera cerrada por paredes y portones. Los daños son prácticamente irreversibles. Peor suerte han tenido otros 69 hórreos y paneras, que han desaparecido durante los últimos 25 años.

En el Langreo posindustrial aún se conserva un rico patrimonio etnográfico, pero muchos elementos están heridos de muerte o mutilados. El Ayuntamiento de Langreo ha elaborado un inventario de hórreos y paneras, fruto de «un exhaustivo trabajo de campo» elaborado durante el año 2007 dentro de los trabajos de redacción del nuevo catálogo urbanístico. Según ese estudio, en el municipio quedan en pie 152 hórreos y 78 paneras y restos de otras diez construcciones (en concreto pegollos). En 1982, Amador Bardado y José A. Terente realizaron una catalogación y clasificación de los elementos etnográficos del municipio de Langreo y contabilizaron 201 hórreos y 98 paneras. Por lo tanto, durante 25 años se perdieron 49 hórreos y 20 paneras, es decir, Langreo se quedó sin 69 símbolos de madera y piedra de la Asturias rural.

Para frenar esa tendencia y tratar de conservar la mayor parte de los 230 hórreos y paneras que quedan en el concejo, el nuevo catálogo urbanístico que ha aprobado inicialmente el Ayuntamiento de Langreo contempla la protección de 176 elementos, de los que 112 son hórreos y 64 paneras. Los restantes no se protegen porque son de nueva construcción, están en estado ruinoso o porque presentan alteraciones irreversibles. Según señala el inventario, «la principal alteración que padecen los hórreos y paneras del concejo es la del cierre del espacio entre pegollos, tanto para su reconversión en vivienda como en cochera».

La situación de estos testigos mudos de la transformaciones socioeconómicas del municipio de Langreo son muy diferente según la parroquia. Éste es el recuento en cada una de ellas:

l Barros. Aún conserva siete de los doce hórreos que tenía en 1982, cuatro de ellos dentro del distrito urbano, y una de sus dos paneras. El catálogo urbanístico tan sólo protege cuatro elementos porque el resto presentan alteraciones irreversibles.

l Ciaño. En la parroquia más extensa del concejo se conservan 63 de los 71 hórreos que había en 1982 y tan sólo cuatro de las 14 paneras que se habían contabilizado. En pueblos como L'Armá se encuentran conjuntos de hasta ocho elementos con curiosos grabados, en los que, incluso, aparece una cabeza de mujer. En la parroquia de Ciaño el catálogo urbanístico protege 52 elementos, de los que sólo nueve están en buen estado.

l La Felguera. Conserva 21 hórreos y 13 paneras de los que se protegen un total de 23. Destaca el núcleo de La Nava y el barrio de Pando, con seis elementos cada uno que se caracterizan por su alto grado de deterioro debido a su transformación en vivienda e, incluso, en comercio. Hay que tener en cuenta que esa zona, sobre todo Pando, sufrió el pasado siglo una fuerte demanda de vivienda vinculada el desarrollo de la minería y la siderurgia.

l Lada. En el inventario de 1982 contaba con 27 hórreos, de los que tan sólo se mantienen 17, mientras que de las ocho paneras que se habían contabilizado se ha pasado a seis. El catálogo urbanístico protege 14 elementos de los que sólo dos están en buen estado.

l Riaño. De los 21 hórreos contabilizados en 1982, se ha pasado a 15 y se mantienen sus 20 paneras. El Ayuntamiento catalogará 15 elementos para preservarlos.

l Sama. Conserva 12 de los 16 hórreos que tenía hace 25 años y dos de sus cinco paneras. Se protegen nueve elementos de los que sólo dos están en buenas condiciones.

l Tuilla. Conserva la mayor parte de su patrimonio etnográfico. De los 17 hórreos contabilizados en 1982, quedan 16 y de las 16 paneras quedan 13. El Ayuntamiento protegerá un total de 24 construcciones.

l La Venta. Mantiene sus 21 hórreos y de las 19 paneras inventariadas hace 25 años quedan en pie once. El catálogo urbanístico protege 25 construcciones, entre ellas, la panera de El Carmen que en 1741 levantó «Rodrigo Álbarez».