El Entrego,

Miguel Á. GUTIÉRREZ

La aportación regional lleva años congelada, la promoción institucional es raquítica y llegar a sus puertas sin perderse (los indicadores de carretera también escasean) puede convertirse en un reto apasionante. A pesar de estos y otros avatares, el Museo de la Minería y la Industria de El Entrego se mantiene como el principal motor turístico de la comarca del Nalón y sigue a la vanguardia de los equipamientos culturales más visitados de Asturias. Sin embargo, su éxito también es su condena. Los visitantes no fallan -salvo ligeras fluctuaciones, como la del último año, debida a la caída de turistas en la región- y el centro, que aspira a aproximarse a la autogestión y a un modelo de explotación sostenible, suele financiar la mitad de sus gastos con los ingresos obtenidos por la venta de entradas, los beneficios de la tienda y la cafetería y los cobros por servicio de consultoría y asesoramiento. Ahí radica el problema. El Mumi funciona y la Administración no le presta la misma atención que brinda a otros museos de la región.

Según los datos facilitados por el Principado a finales del mes pasado, el Museo del Jurásico contabilizó 60.365 visitantes entre el 1 de julio y el 23 de agosto gracias, en buena medida, según reconoce el Gobierno regional, al impacto de la exposición «Atrapados en el hielo», una muestra formada por más de 70 piezas de la fauna de la Edad del Hielo que se exhibe por primera vez en Europa tras viajar por Asia y Estados Unidos. El Muja, con el soporte de la exitosa exposición, fue el único de los principales museos de la red regional que superó al Museo de la Minería, que registró 26.156 turistas en julio y agosto. El resto quedó por detrás del Mumi.

La lectura de las cifras de visitas gana consistencia si se comparan los recursos destinados a promoción. Mientras el rugido de los dinosaurios o los innovadores contenidos de la Laboral son habituales en los boletines turísticos y los anuncios institucionales, en el Mumi se impone la tradición oral: el «boca a oreja» de los visitantes que se lo cuentan a sus familiares y amigos. Los recursos destinados a promoción por el centro cultural de El Entrego se limitan a un par de vallas de carretera y unos 10.000 euros para anuncios en prensa.

El Museo de la Minería, que abrió sus puertas en 1994, se integra en una Fundación gestionada a través de un patronato presidido por el consejero de Industria del Principado, Graciano Torre. El Gobierno regional, patrono principal, aporta unos 300.000 euros anuales, una cantidad que se ha mantenido prácticamente congelada en los últimos años según los datos de las últimas memorias, en las que los ingresos propios se sitúan en niveles similares a los de las aportaciones de los patronos. Este diario intentó, sin éxito, obtener del Museo de la Minería e Industria datos actualizados del estado de cuentas del presente ejercicio.

Frente a las grandes exposiciones internacionales y las atracciones audiovisuales, el Mumi amplía y renueva sus colecciones gracias, en gran medida, a las donaciones de empresas, particulares y entidades como la Universidad de Oviedo. Además, la expansión del centro sigue estancada. El cercano pozo San Vicente, que fue rehabilitado hace años y debía albergar el Museo del Movimiento Obrero sigue parado, lo mismo que ocurre con la galería subterránea ejecutada para conectar este centro con el edificio principal por medio de un tren turístico. De la misma forma, también está sin uso el antiguo centro de estudios medioambientales (Cempa), cedido por el Ayuntamiento y que debía integrarse en las instalaciones del Museo de la Minería.

Una de las escasas mejoras palpables de los últimos años ha sido la reforma de los accesos, con unas calzadas más amplias que permiten el paso de los autobuses sin las angosturas de antaño. El principado financió las obras, que incluyeron un nuevo vial paralelo al río Nalón, una glorieta de distribución del tráfico y un nuevo aparcamiento a la altura del Cempa. Por esos nuevos accesos este verano pasaron más de 26.000 turistas.