Sotrondio,

Miguel Á. GUTIÉRREZ

«Las algas pueden llegar a aportar una fuente de aceite inagotable para producir biocombustible. En ese momento estaríamos en disposición de reemplazar al petróleo». Alfonso Mielgo, gerente de Bionorte, habla con conocimiento de causa cuando repasa las potencialidades del mercado de los carburantes ecológicos. La compañía que dirige -asentada en el polígono de La Florida, en Sotrondio- dispone de un activo departamento de I+D y forma parte de un consorcio internacional que investiga las aplicaciones de los diferentes tipos de algas a la elaboración de biodiésel. «Parte de los socios se dedican a estudiar el cultivo y extracción del aceite de las algas. Nosotros analizaremos la idoneidad de esos aceites como combustibles», argumenta Mielgo. En el consorcio en el que participa Bionorte hay empresas y entidades de países como Israel, Polonia y Ucrania.

«El gran problema que tenemos en la actualidad es que las tierras de cultivo para la generación de biodiésel son limitadas. Si la obtención de aceites derivados de las algas se consolida a gran escala contaríamos con una fuente de materia prima prácticamente inagotable», apunta Mielgo, para detallar a continuación los dos tipos principales de explotaciones de algas destinadas a la obtención de aceite para biodiésel: «Hay explotaciones extensivas consistentes en estanques que se emplazan en terrenos desérticos como las que funcionan en Arizona. También existen sistemas intensivos con biorreactores que contienen las algas».

Según indica Alfonso Mielgo, existen «numerosos tipos de algas y cada uno de ellos tiene un porcentaje diferente de generación de aceite, aunque en algunos casos se puede llegar a alcanzar hasta un 50 por ciento».