Langreo, L. M. D.

La compañía Hidrocarburos del Cantábrico prevé iniciar este año las obras de su proyecto de extracción de metano del pozo Mosquitera, en el límite entre Siero y Langreo, para generar electricidad. La empresa lleva desde 2003 tramitando la puesta en marcha de la instalación y ha ganado incluso un contencioso-administrativo a Hunosa para poder desarrollar la iniciativa.

Esta empresa, perteneciente al grupo irlandés Energy Finance, obtuvo en 2003 cinco permisos de investigación del metano procedente de las capas y las minas de carbón de la cuenca minera central asturiana, que abarcan un territorio de 875 kilómetros cuadrados. De estos cinco permisos, Hidrocarburos del Cantábrico ha renunciado a tres: Monsacro, Campomanes y Laviana. La compañía seguirá adelante con su proyecto de Mosquitera -el más avanzado- y el de Mieres. Roberto Valdés, responsable de Hidrocarburos del Cantábrico, señaló que los permisos que se han desechado «eran los que, según los estudios que hemos realizado en los últimos años, contenían menos cantidad de gas, lo que hacía que fuera dudosamente viable su explotación».

Valdés explicó que, de los dos proyectos que siguen adelante, el que está más avanzado es el de Mosquitera, entre Siero y Langreo. «Estamos pendientes de empezar la obra a corto plazo, este mismo año», indicó Valdés, que aseveró que el proyecto se había retrasado a causa de los trámites burocráticos y de un contencioso-administrativo con Hunosa que finalmente se cerró de forma favorable para su compañía.

Hidrocarburos del Cantábrico prevé instalar junto a una de las cañas del pozo Mosquitera tres unidades de generación eléctrica -que son móviles y tienen un tamaño similar a un contenedor de transporte- con una potencia instalada de 3.900 kilovatios, una capacidad superior, por ejemplo, a la de la minicentral hidráulica que proyectan HC y Cadasa en la presa de Rioseco. La compañía calcula que en el grupo minero que formaban los pozos Mosquitera y Pumarabule hay unas concentraciones de metano de ocho metros cúbicos por cada tonelada de carbón, lo que supone unas reservas de más de 115 millones de metros cúbicos de gas. La empresa considera que podrá estar extrayendo metano y produciendo electricidad para incorporar a la red general durante aproximadamente 15 años.

Para extraer este metano de la mina Hidrocarburos del Cantábrico deberá acometer una inversión de más de 600.000 euros. El proyecto incluye la instalación de una tubería para evacuar el agua del pozo, una conducción para aspirar el metano y el sellado de las cuatro cañas de las que se compone el grupo minero. Según la compañía, por medio de una bomba de vacío se provocará una depresión en el interior de la mina, lo que acelerará la desorción del metano almacenado en las capas de carbón. Ese gas será aspirado a través de un conducto y conducido al exterior del pozo, donde alimentará una turbina para generar la electricidad.

La explotación del gas metano de las minas es uno de los usos alternativos que en los últimos años se han desarrollado para aprovechar los pozos cerrados. Otro de estos usos es la energía geotérmica.