Langreo, M. Á. G.

Los representantes de la asociación Langreanos en el Mundo recibieron ayer de manos de la alcaldesa de Langreo, Esther Díaz, las llaves de la Torre de la Quintana, en Ciaño, en un acto simbólico al que asistieron miembros de la Corporación y socios del colectivo. La Torre de la Quintana, que hasta ahora albergaba en su tercera planta la sede social de Langreanos en el Mundo, pasará a partir de ahora a destinarse al Museo de la Emigración, impulsado por este colectivo. La intención de los responsables de la asociación es que el museo pueda visitarse, al menos parcialmente, a mediados de julio, coincidiendo con la asamblea anual de los integrantes de Langreanos en el Mundo.

El presidente del colectivo, Florentino Martínez Roces, manifestó ayer su satisfacción con la cesión del inmueble. «Ha sido un acto en el que se nos ha hecho entrega de las llaves de manera simbólica y de la resolución aprobada por la Corporación», indicó Martínez Roces. Y añadió: «Tenemos en nuestro poder libros, fotografías y otros recuerdos cedidos por nuestros asociados que integrarán los fondos del futuro museo. A partir de ahora debemos catalogarlos y organizarlos para que puedan ser exhibidos y consultados por las personas que así lo deseen».

Martínez reconoció que será complicado que el museo sea visitable a tiempo completo, al menos en un primer momento, «ya que eso requeriría disponer de una persona que se dedicará de forma exclusiva a atender a los visitantes». La idea que maneja la asociación es que se puedan programar visitas puntuales. Las primeras de ellas podrían tener lugar los días 15, 16 y 17 de julio, coincidiendo con el encuentro anual de Langreanos en el Mundo. «Esperamos que podamos mostrar los contenidos que tengamos catalogados hasta esa fecha», subrayó Martínez Roces.

Asimismo, los representantes del colectivo de emigrantes langreanos y de la Corporación municipal participaron en la plantación de un árbol en el parque García Lago de La Felguera cuya obtención fue gestionada por uno de los socios de la entidad. En este caso, Javier Cuchí, residente en Cataluña, plantó un almez. «Es una especie mediterránea, que en Cataluña se llama lledoner. Los responsables de Parques y Jardines nos han comentado que, si la especie se aclimata al clima de Asturias, plantarán más árboles de este tipo», indicó Cuchí.

La iniciativa de que cada asociado del colectivo gestione la plantación de un árbol procedente de su actual lugar de residencia ya se ha convertido en una tradición dentro de la asociación Langreanos en el Mundo.