La Nueva (Langreo)

La localidad langreana de La Nueva cerró ayer su feria tradiciones de la Revolución industrial. Durante todo el fin de semana, la Asociación Cultural y de Vecinos San Luis puso en marcha un programa lúdico en el que se intenta evocar la llegada de la minería al valle del Samuño respetando de la manera más fiel posible la veracidad histórica.

En La Nueva, durante los dos últimos días, una treintena de artesanos han vendido productos que se podían encontrar en los puestos a principios del siglo XX. Las actividades del Mercáu tradicional de la Revolución Industrial contaron ayer, como ya sucedió el sábado, con la interpretación de la obra «Derrabe», que pudo seguirse en el pozo San Luis. Se ofertó una doble sesión, a la una y media y las siete y media de la tarde. Otra representación, «Recuerdos», se desarrolló a las dos y las ocho de la tarde, en la casa de aseos del antigua explotación de la localidad langreana, una población que comenzó a crecer a raíz de la llegada de la minería al valle del Samuño, convirtiéndose en uno de los principales asentamientos del municipio.

En la representación también se detallan aspectos de la posguerra «tratados de forma delicada», según reconocen los vecinos, que quieren evitar que este festejo puede generar algún malestar o herir sensibilidades. La organización ofreció además un servicio gratuito de autobuses para llegar a La Nueva.

El apartado gastronómico también tuvo un papel relevante durante la jornada de clausura de la feria. La organización ofreció lo que definieron como un menú minero, con el cordero a la estaca como gran protagonista.

Pese al chaparrón de media mañana, la organización destacó ayer la importante afluencia de público al peculiar festejo. Fuentes de la organización apuntaron que decenas de personas dieron cuenta de la oferta culinaria. Los diferentes actos también aglutinaron a mucho público: «Estamos muy satisfechos con la respuesta de la gente y pensamos que todos los presentes han pasado un rato agradable». Uno de los principales valores del «mercáu» tradicional de la Revolución Industrial de La Nueva es la decidida implicación de muchos de sus vecinos. La mayor parte de ellos se pasea estos días por las calles del pueblo ataviados como hace más de 100 años, luciendo indumentarias cuidadas con esmero.

Madreñas, dulces, mantas, telas, zapatos, infusiones, pan, boroñes, fruta, licores, mermeladas. Éstas son tan sólo algunas de las compras que los asistentes a la celebración realizaron durante el fin de semana. Este mercado nació hace ahora diez años y a lo largo de la última década se ha consolidado como una de las actividades culturales más esperadas en el calendario festivo de Langreo. Cada edición son más los fieles a la cita que recrean una sociedad que marcó el desarrollo de las Cuencas.