Langreo, M. Á. G.

Siete miembros de la Asociación de Galleros Asturianos (AGA) se enfrentan a un año de prisión cada uno por un presunto delito de maltrato animal como consecuencia de su supuesta participación en la organización de las peleas de gallos en la población langreana de Cuesta de Arco. La fiscalía también reclama la inhabilitación especial de los imputados durante un período de dos años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio con animales. Por su parte, la defensa solicita la libre absolución al sostener que los enfrentamientos de gallos celebrado en Cuesta de Arco «son tientas y no peleas» destinadas a preservar la especie y en las que «se protege con esparadrapos y capuchones» a la aves. La cría de gallos de pelea no es una actividad ilegal, aunque sí lo es la celebración de combates a muerte.

Los hechos se remontan al 23 de febrero de 2008. Según explica la fiscalía en su escrito de acusación, la intervención de la Guardia Civil en los bajos de una vivienda de Cuesta de Arco demostró que en el inmueble se estaban llevando a cabo peleas de gallos con apuestas. En su relato de hechos, el fiscal expresa que los agentes hallaron una cantidad considerable de personas, «sentadas en gradas circulares alrededor de un ring». También encontraron restos de sangre y plumas ensangrentadas por el suelo y en una papelera, así como dos gallos con numerosas heridas «que sangraban abundantemente como consecuencia de una pelea anterior».

El escrito de acusación también revela que los guardias civiles desplazados a la zona encontraron pizarras «destinadas a apuntar las apuestas y en las que figuraban los datos de gallos y propietarios». Aparecieron, asimismo, neceseres de mano con material para realizar curas de urgencia como algodones, alcohol, hilo de sutura o mercromina, así como varias limas utilizadas para «afilar los espolones de los gallos» y tubos de pegamento «destinados a pegar las heridas». El fiscal también sostiene que ni los picos ni los espolones portaban capuchones para evitar que se produjeran lesiones en las peleas.

Este relato de los hechos se contrapone con lo expuesto por la defensa, que pide la libre absolución de los siete imputados, cinco langreanos, un cántabro y un vecino de Piloña, todos vinculados a la Asociación de Galleros Asturianos (AGA). «Estas personas son las más interesadas en proteger la raza del gallo combatiente español para que la especie no desaparezca. Lo que ellos organizan son tientas, no peleas, en las que los gallos están protegidos con esparadrapos en el pico y capuchones en los espolones», indicó Beatriz Rodríguez, letrada de Legislan Abogadas, el despacho encargado de la defensa.

«El único modo de preservar esta raza de aves es hacer tientas en las que se clasifiquen las aves», argumentó Rodríguez, que añadió: «Los gallos criados en Langreo son muy valorados fuera. Se está criminalizando una actividad lícita que podría generar riqueza y empleo».