Langreo, L. M. D.

La fiscalía retiró ayer su petición de un año de prisión para uno de los acusados de maltrato animal en el caso de los criadores de gallos de pelea. Según reconoció la acusación, esta persona había sido acusada por un error burocrático, al determinar que su vivienda era el local en el que se organizaban las peleas de gallos, cuando en realidad los combates se llevaban a cabo en la vivienda de otro de los acusados. La fiscalía sí que mantiene su petición de un año de cárcel para los otros seis acusados, miembros en su mayoría de la Asociación de Galleros de Asturias (AGA).

El juicio se reanudó con la declaración de dos de los agentes de la Guardia Civil que participaron en la redada en la que, presuntamente, se sorprendió a los acusados organizando peleas de gallos. Los agentes de la benemérita ratificaron el informe proporcionado a la fiscalía, que señala que en número 14 de Cuesta d'Arcu se estaban llevando a cabo peleas de gallos, y no tientas (enfrentamientos con los picos y los espolones tapados, en los que los animales no se hacen daño), como asegura la defensa de los acusados. Según la Guardia Civil, en el local encontraron dos gallos «con numerosas heridas», además de plumas y algodones ensangrentados, utensilios de curación, limas «para afilar los espolones» y pizarras en las que, según la benemérita, «se apuntaban las apuestas». La defensa exige la libre absolución, ya que «no hay pruebas concluyentes», ya que las aportaciones de la Guardia Civil «tienen explicación».