Oviedo, M. PÉREZ

Las siete personas acusadas de vender «crack», heroína, cocaína y hachís utilizando como base de operaciones una céntrica sidrería en Sama, aceptaron ayer una pena que suma, entre todos, 27 años y seis meses de cárcel. Los condenados reconocieron los hechos y se conformaron con la pena rebajada propuesta por el fiscal antidroga de Asturias, José Perals. El juicio, que estaba previsto que comenzase ayer en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, no llegó a celebrarse al alcanzar todas las partes un acuerdo.

El fiscal pedía para los cabecillas de la trama, la pareja que regentaba el negocio, Juan G. Z. y Miriam F. G., penas de 11, 5 y 9,5 años, respectivamente. Finalmente, el acusado, al que se le tuvo en cuenta el atenuante de drogadicción, aceptó una condena de seis años de prisión y una multa de 90.000 euros. Por su parte, la mujer aceptó una pena de cuatro años y seis meses y una multa de 6.632 euros. El resto de los condenados forman parte de la red de distribución de la droga. Así, Arturo B. C. aceptó una pena de 4 años de cárcel y multa de 6.742 euros; Juan José G. S., una pena de 3 años de cárcel; Matías Dionisio Z. F., pena de 3 años y multa de 189 euros; Eloy Á. C., pena de 3 años, y multa de 323 euros; y Francisco Fausto J. M. una pena de 1 año y 10 meses de prisión.

Entre los meses de abril y mayo de 2007, los condenados utilizaron una sidrería en la calle Cervantes de Sama como epicentro de una red de venta y distribución de drogas. También el domicilio de los cabecillas de la trama servía como centro de operaciones, así como una casa rural alquilada en Pola de Laviana. De la venta de la droga en las inmediaciones del domicilio se encargaban fundamentalmente Arturo B. C., que también acompañaba al dueño de la sidrería en sus viajes a Madrid y a Plasencia. Uno de los principales proveedores de sustancias estupefacientes era Francisco Fausto J. M., que le facilitaba heroína y cocaína.