El Entrego,

Julio VIVAS

A pesar de que fueron muchos los vecinos de San Martín del Rey Aurelio que acudieron, el pasado miércoles, hasta el teatro de El Entrego para ver de cerca a la Princesa de Asturias, su visita no los congregó a todos. El trabajo, acudir al médico o, incluso, la indiferencia, fueron los motivos que esgrimieron algunos de ellos, quienes tuvieron que conformarse con ver a doña Letizia a través de las pantallas de su televisor. Indiferencia la que tenía Amalio García, vecino de El Entrego que, mientras Su Alteza llegaba a la localidad, tomaba un aperitivo en una de las cafeterías situadas en la plaza de la Iglesia. Amalio afirmó que la visita de dos Letizia «no me da más. La tengo muy vista por la televisión, con lo que no tengo intención de sumarme al resto de los vecinos. Ya la veré esta tarde», afirmaba convencido. Tampoco le importaba mucho la visita de la princesa a Fefi Barragán, que regenta una panadería en El Entrego situada a muy pocos metros del teatro que visitó la Princesa de Asturias. «Aun así, tampoco hubiese podido ir a verla, porque no puedo dejar la panadería vacía ni un momento», apuntaba mientras atendía a varias clientas. Entre ellas María José Rodríguez, también vecina de El Entrego, quien señaló que «me da igual que venga la Princesa. Si al menos hubiese venido con el Príncipe, me lo hubiese pensado», decía entre bromas.

En el otro lado, aquellos que, aunque querían ver de cerca a Su Alteza, no pudieron acercarse, como Sara Cano, que se mostraba muy apenada por no haber acudido al teatro para estar con doña Letizia porque «tenía que ir al médico. Cuando salí, la Princesa ya se había ido, con lo que me conformaré con verla en el informativo de la televisión». Tampoco llegaron a tiempo Emma González y Gabiana Sánchez, que trabajan en un supermercado junto a la iglesia. «Salimos para tomar el café y aprovechar por si veíamos algo, pero nada. No nos dio tiempo», afirmaban apenadas y señalaban que «tendremos que esperar a ver cuándo vuelve a acercarse por aquí». Otro que tampoco pudo apreciar de cerca la simpatía de doña Letizia fue Benjamín Ordóñez, que trabaja en un estanco. «Tenía que estar aquí atendiendo a los clientes, pero me hubiese gustado escaparme un rato para verla», señalaba. Benjamín Ordóñez también quiso manifestar que «estoy muy contento con la visita de Su Alteza, porque sin duda será bueno para que El Entrego se conozca fuera de nuestras fronteras», afirmó.

Menos simpatía despertaba la Princesa entre los miembros de la Unión de Juventudes Comunistas y los Colectivos de Jóvenes Comunistas, quienes pretendían reivindicar la República ante doña Letizia. Sin embargo, la policía truncó sus aspiraciones e incautó todas las banderas republicanas, pegatinas, panfletos y pancartas que portaban los jóvenes. Algo que quisieron denunciar señalando que «no se nos permitió llamar a un abogado y llegaron a cachearnos incluso dentro de la ropa interior, medidas con más afán de humillación que por cuestiones de seguridad», afirmaron . Tampoco asistieron al acto los miembros de CC OO, quienes declinaron la invitación del Principado de Asturias porque «existen problemas sociales y laborales que necesitan una atención prioritaria».

Por otro lado, también hubo quien causó incluso más revuelo que la Princesa. Fue Adriana Abenia, una de las reporteras del conocido programa de televisión «Sálvame», quien acudió al acto sin acreditación dispuesta a sacarle unas palabras a Su Alteza desde el otro lado de la valla. Con quien no tenía intención de conversar Adriana fue con los trabajadores de Venturo XXI, ni con las madres de los alumnos del colegio de El Coto. Ambos se acercaron a ella para reclamar su atención, pero no lo lograron, ya que su objetivo era bien distinto.