Bionorte prevé estar en disposición este verano de multiplicar por cinco su capacidad de producción, pasando de las 5.000 toneladas de biocarburante al año a las 25.000. «Estamos a la espera de recibir los permisos administrativos necesarios, las instalaciones ya están adaptadas», explicó Alfonso Mielgo, gente de la planta de Sotrondio. Se trataría de cifras de producción potencial, ya que el volumen de biodiésel que salga de la factoría dependerá de la evolución de la demanda. La empresa obtuvo el pasado ejercicio una subvención de 150.000 euros, sobre una inversión total de 475.408, de la línea de fondos mineros de apoyo a pequeñas empresas. La partida se destinó a realizar mejoras en los equipos de producción de la empresa.

La compañía asentada en el polígono industrial de La Florida está inmersa, además, en novedosos proyectos. Desde finales del pasado año produce biogás fermentando residuos orgánicos. Se trata de un proyecto pionero en España en el que la firma asturiana colabora con el centro tecnológico Ainia (Valencia), la Fundación Ciadut (Valladolid) y la empresa Biogas Fuel Cell. El proceso permite aprovechan los restos orgánicos de la basura (la comida) para generar gas que, a su vez, alimenta un motor que produce energía. La planta experimental tiene 15 kilovatios de potencia y sirve para alimentar a la propia planta de producción de biocombustibles.