Pola de Laviana,

Miguel Á. GUTIÉRREZ

Chus Pedro encendió la mecha y cientos de personas estallaron en una sola voz para entonar la letra de «Los fugaos», la canción inspirada en Manuel Alonso González, Manolín el de Llorío, y en el resto de guerrilleros que combatieron al franquismo en los montes de Asturias. La despedida al último maquis de las Cuencas, fallecido el pasado viernes a los 93 años, se convirtió en un emotivo y multitudinario acto que sirvió para resaltar la magnitud alcanzada por la figura de Alonso, como guerrillero y como ser humano, «un héroe de la resistencia contra la dictadura y de la democracia de este país», tal y como definió al histórico comunista Gaspar Llamazares, diputado y ex coordinador federal de IU.

El acto para dar el último adiós a Alonso se trasladó al exterior del centro de innovación del alto Nalón (CIDAN) en vista de que la sala habilitada para alojar la capilla ardiente iba a quedarse pequeña. Entre el aproximadamente medio millar de personas congregadas en la calle estaban otros históricos militantes del PCE que también sufrieron la represión franquista como Vicente Gutiérrez Solís, Anita Sirgo o Manuel García, Otones. También asistieron ex consejeros de IU en el Principado como Laura González, Noemí Martín y Aurelio Martín, así como representantes de otros partidos.

Ángel González, coordinador de IU en Laviana, abrió el turno de intervenciones aludiendo a Alonso como un «ejemplo de vida, honestidad y entrega» y agradeciendo las «miles de condolencias» recibidas desde toda España. Entre otras, leyó la del alcalde de Laviana, Adrián Barbón, que definió al ex guerrillero como una «parte fundamental de la memoria del concejo». También se leyeron los escritos remitidos por Cayo Lara, coordinador federal de IU, y José Luis Centella, secretario general de PCE, que no pudieron asistir al encontrarse en Madrid para la fiesta del Partido Comunista, donde también estaba previsto homenajear a Manolín el de Llorío.

Jesús Iglesias, coordinador regional de IU, catalogó a Alonso como «un maestro que iluminaba nuestra acción política» y «un «paisano de verdad, una excelente persona que puso su vida al servicio del ideal de cambio de la sociedad».

Por su parte, Gaspar Llamazares, ex coordinador federal de IU, aseguró que Manolín el de Llorío, «un hombre digno. militante y buena persona» sería «en cualquier país democrático europeo como Italia o Francia un héroe de la resistencia contra la dictadura y el fascismo, pero en España desgraciadamente muchos de esos héroes no han sido reconocidos». En la misma línea, Llamazares resaltó que Alonso, un referente de la «reconciliación nacional», «nunca aceptó que eso significase amnesia o olvido. Mientras haya víctimas del franquismo en las cunetas y mientras no se reconozca a personas como Manolín como héroes de la democracia de este país no habrá habido todavía reconciliacion. La habremos hecho desde la izquierda con aquellos que acabaron con la República pero ellos no la habrán hecho con nosotros».

Tomó el relevo entonces Chus Pedro Suárez, que cantó «Los fugaos» en homenaje a Alonso, «un símbolo antifranquista y de la reconciliación nacional». El acto en el CIDAN concluyó con la interpretación de «La internacional». Posteriormente, el féretro de Alonso fue llevado a hombros hasta la sede de IU de Laviana. Desde allí fue trasladado al tanatorio de La Florida, donde el cuerpo fue incinerado.

Las cenizas de Alonso se esparcirán hoy en la cueva de El Rapusu, próxima a El Condao, que le dio refugio cuando era maquis.