Pola de Laviana, E. PELÁEZ

La lavianesa Pilar Méndez vuelve a dedicar su mes de vacaciones a ayudar a quienes más lo necesitan. El año pasado viajó con la Fundación Hermano Bembereké, acompañando a Conchita García, María José Alonso y Marcia Barreñada a Benín, en África. A su vuelta confesó que volvía «una persona diferente a la que se fue», confirmando así la misma experiencia que habían vivido sus compañeros tras su primera visita. Méndez decidió entonces embarcarse en otros viajes, desplazarse a otros rincones del mundo para trabajar como cooperante en su mes de vacaciones. El último domingo de noviembre partió hacia Miami. «Sé que llama la atención pero allí hay mucha pobreza, con personas que llegan desde Haití, Honduras o Puerto Rico que necesitan ayuda», aseguró.

La cooperante se planteó trasladarse a un campamento de Kenia y se puso en contacto con una ONG que desarrolla allí su trabajo. «Pero me dijeron que no podía ir por cuestiones de seguridad» tras el secuestro de las dos cooperantes españolas. También barajó Tailandia o Camboya como destino. Sin embargo, estableció contacto con una monja natural de Laviana de las Hermanas Misioneras de la Caridad Teresa de Calcuta que trabaja en el barrio más pobre de Miami. «Tienen una casa de acogida donde recogen mujeres con hijos que han sido abandonados y personas que viven en la calle. Les dan comida y todos los medios para su higiene además de buscarles trabajo. Muchos de ellos sin inmigrantes sin papeles», señaló Pilar Méndez.

La cooperante lavianesa volverá a finales de este mes, después de Navidad. Entonces trasladará su experiencia a los demás con la ayuda de un grupo de personas que trabajan desde hace dos meses para conseguir sensibilizar a los vecinos de la necesidad de ser solidarios. Auspiciado por el párroco de Pola de Laviana, Víctor Cedrón, pretende «dar a conocer las distintas realidades», aseguró el sacerdote. El grupo «quiere ayudar y contar lo que pasa con rostros concretos. Cuando se hace una colecta sabemos que ayudamos a alguien pero no le ponemos cara», señaló. Además del párroco de Méndez, también forman parte de él María del Mar Gutiérrez, Gerardo Concheso y Alberto Begega.

«Hay que mentalizar a la gente de que con un poco ayuda mucho. Allí donde se necesita poco es mucho y esa concienciación es un reto que tiene el grupo», señaló Pilar Méndez. Según María del Mar Gutiérrez «hay que darse cuenta de que en otros lugares la situación es peor que aquí y necesitan ayuda». Con la experiencia de Bembereké, señaló Méndez, «nació la conciencia solidaria que debemos extender a otras zonas del mundo».