Langreo, Pablo ANTUÑA

Una de las tradiciones de la región, el plato de fabada de los domingos, se ha convertido en un referente en Santiago de Chile en los períodos festivos. Todo por la pasión y el amor hacía la gastronomía autóctona de una chilena, Aurora Muñiz, que descubrió y se enamoró de esta región por las raíces langreanas de su abuelo. «Desde pequeña recuerdo que en mi casa se preparaba fabada el día de Navidad. Lo que aquí es una cosa normal, allí era una excepción y una celebración», señala.

La asociación Langreanos en el Mundo recibió ayer, en la Torre de la Quintana, a Aurora Muñiz. La Nieta de Vicente Muñiz, un langreano que dejó La Felguera a los 16 años, acaba de poner en marcha un proyecto en Chile con una empresa de comidas. «Quiero promocionar la comida asturiana y sus historias. No solo la receta, sino también el significado que tiene en Asturias y por qué se hacía de esa manera cada producto. Como el ejemplo de preparar el arroz con leche con el puchero a hombros», comenta Aurora Muñiz.

Diplomada en enfermería, compagina su labor de forma altruista en una asociación de ayuda para enfermos psíquicos, con su trabajo de corredora de bolsa y asesora. Aunque siempre que tiene un hueco acaba visitando la región. «Al final siempre que puedo acabo viniendo en Asturias. No sabría describir ningún aspecto particular. Me encanta su paisaje, su ambiente y su gastronomía. Será porque estuve toda la vida escuchando grandes historias de esta tierra a mi abuelo y desde que visité Langreo de niña me quedé enamorada de esta región. Hasta el punto que siempre la elijo como destino de mis vacaciones y que mi marido es casi más asturiano que yo», señala. Y es que las interminables historia de su abuelo Vicente estuvieron siempre presentes en su casa. «Nos contaba los días en que le tocaba ir a la hierba, cuidar el ganado, la matanza y el trabajo del campo», concluye Muñiz.