Langreo, E. P.

Julio César García Menéndez recibió ayer el último adiós en la casa en la que desempeñó su labor política estos últimos cinco años. El acto de despedida al portavoz municipal socialista de Langreo y tercer teniente de alcalde se desarrolló ante el Ayuntamiento, con presencia de numerosos amigos y compañeros que quisieron acompañar a la familia en estos duros momentos.

El féretro con los restos mortales del edil socialista, cubierto por la bandera de Langreo y el distintivo del PSOE local, fue trasladado a hombros desde el tanatorio. Una veintena de ramos de flores abrían la comitiva que discurrió por delante de la Casa del Pueblo y tras dirigirse a la calle Dorado llegó a las inmediaciones de la casa consistorial, donde se tributó un sentido homenaje a Julio César García.

Entre las más de doscientas personas presentes en el acto se encontraba la alcaldesa de Langreo, Esther Díaz, miembros de todos los partidos con representación en el Consistorio, el secretario de Organización de la Federación Socialista Asturiana (FSA-PSOE), Jesús Gutiérrez, y la responsable de política municipal de la formación, Adriana Lastra, el secretario general del PSOE de Langreo, Constantino Fernández, el alcalde de San Martín del Rey Aurelio, Enrique Fernández, la diputada de IU, Noemí Martín, y los secretarios de Organización y de Acción Sindical del SOMA-FITAG-UGT, José Luis Alperi y José Antonio Menéndez Barriada, respectivamente. Trabajadores de las dependencias municipales y agentes de la Policía Local asistieron también a la despedida del que fue edil delegado de las áreas de Personal, Policía Local, Protección Civil, Régimen Interior y Transportes.

De esta forma se tributaba un reconocimiento a un «hombre de principios» que destacó por su «dedicación a los demás», como reconocieron sus compañeros. Las sentidas palabras, que trasladó el periodista Roberto Pato, comenzaron con un abrazo a la familia de Julio César para destacar a continuación la trayectoria del edil en la «defensa colectiva», ya que estaba «dispuesto a perder en lo personal para que ganásemos todos».

Así lo demostró en la mina, donde fue delegado sindical mientras trabajó tanto en Mosquitera como en Samuño, y después en el Ayuntamiento, destacó, porque cuando concluyó su vida laboral «en vez de quedarse en casa tranquilo» inició otra labor. Su «capacidad intelectual» con su «peculiar e inteligente forma de jugar con las palabras» fue resaltada también en el acto de despedida junto con su «fina ironía y un sentido del humor que nos deja un poco huérfanos».

El cadáver del que fue el primer secretario general del PSOE de Langreo, en el año 1979, y alcalde de barrio de Riaño fue trasladado, posteriormente, en coche fúnebre al cementerio municipal de Riaño, donde recibió sepultura.