El Entrego,

Miguel Á. GUTIÉRREZ

El centro de estudios medioambientales (Cempa) de El Entrego -concluido hace 16 años y que nunca llegó abrir- no es el único ejemplo de las Cuencas de equipamientos bloqueados por la falta de contenidos y financiación. A escasos metros del Cempa se encuentra el pozo San Vicente. Las instalaciones de la primitiva explotación fueron rehabilitadas entre 2000 y 2001 por una escuela taller con el objeto de convertirse en el Museo del Movimiento Obrero. Entre 2005 y 2008 se ejecutó la obra para conectar el antiguo pozo con el edificio principal del Museo de la Minería, a través de un túnel que supuso un desembolso de 1,2 millones. Sin embargo, la apertura del equipamiento precisa otro millón más para los contenidos expositivos. Este dinero debía proceder de los fondos mineros, ahora en el aire.

El pozo San Vicente fue elegido para convertirse en museo por su proximidad al Mumi y por su significación histórica. El SOMA administró con éxito el yacimiento durante diez años, de 1926 a 1936, en la primera experiencia de autogestión obrera de un pozo en España. La recuperación de la primitiva instalación carbonera arrancó hace doce años, en 2000, con una escuela taller de Fucomi -dividida en módulos de fontanería, albañilería, forja, electricidad, carpintería y medio ambiente- para rehabilitar las dependencias. Esta primera fase del proceso concluyó en 2001.

El siguiente paso fue más complejo ya que la conexión del pozo San Vicente con el Mumi suponía un notable reto técnico, al encontrarse la antigua explotación en una zona elevada de difícil acceso. Se barajó construir un teleférico o un túnel, aunque finalmente fue la segunda de las opciones la que se impuso. La ejecución de esta galería subterránea -de 280 metros de longitud y financiada con 1,2 millones con cargo al plan complementario del Principado para las Cuencas, un programa regional de inversiones suplementarias de los fondos mineros- arrancó en 2005 y concluyó en 2007. La obra no estuvo exenta de complicaciones ya que hubo que gestionar permisos con Feve y con la Confederación Hidrográfica debido a la proximidad de las vías del tren y del río Nalón. El proyecto se completó posteriormente con la recuperación de la caña del primitivo pozo. El plan original establece que un tren turístico minero recorra la galería para trasladar a los turistas del Mumi al Museo del Movimiento Obrero. Los visitantes, una vez concluido el trayecto por la galería subterránea, accederán a la antigua explotación mediante un ascensor instalado en la caña del pozo.

La falta de financiación ha bloqueado la ejecución de la última fase del proyecto, el diseño e instalaciones de los contenidos expositivos que tendrá el futuro equipamiento. El Museo de la Minería maneja desde hace tres años un anteproyecto que incluye la puesta en marcha de tres salas expositivas y una galería acristalada que comunicará estas dependencias con el castillete y que también hará las funciones de mirador panorámico. También se baraja exponer piezas de arqueología industrial en el exterior del recinto.

Los elementos del futuro centro cultural girarán sobre tres ejes: el impacto de la Revolución Industrial sobre el trabajador, la figura del minero asturiano y la evolución de las organizaciones sindicales. Los contenidos expositivos se estructurarán a través de paneles murales, apoyados con montajes audiovisuales. También se valora realizar reproducciones a escala de ateneos, casas obreras u orfanatos. Ese plan original recoge el aprovechamiento de dos edificaciones auxiliares de 160 y 50 metros cuadrados como principales salas expositivas. También se reutilizará para estos fines la antigua casa de máquinas. Un cuarto edificio será destinado a la zona de aseos.

El proyecto parecía destinado a ver la luz definitivamente hace año y medio, cuando el Principado, con Vicente Álvarez Areces en la presidencia, planteó en la mesa regional de la minería destinar una partida de 988.683 euros a la puesta en marcha del equipamiento, con cargo a los fondos del Plan del Carbón de la anualidad de 2010. En la misma propuesta de distribución del gasto iba incluido el tren-tran de las Cuencas. La inversión quedó aplazada indefinidamente después de que el Gobierno de Rajoy decidiera suprimir las partidas de infraestructuras de los fondos mineros dentro de su plan de ajuste.