Miguel Á. GUTIÉRREZ

«Venga nena, a ver si atinas con mi número». En el teatro de La Felguera no se representaba ayer ninguna obra, pero durante una hora las personas que poblaban el patio de butacas no se movieron de su sitio. El equipamiento cultural se convirtió en un improvisado salón de loterías en el que el premio era conseguir un puesto de trabajo. En total, 34 aspirantes lo lograron, aunque otros 266 se marcharon a casa de vacío. Apenas eran una tercera parte de los 808 solicitantes que se presentaron en julio, cuando arrancó el proceso para cubrir las 41 plazas del plan de empleo municipal de Langreo, que tiene un período de duración de un año. «El sorteo era la forma más objetiva de asignar los puestos, sin duda, y por eso recurrimos a ello. Era lo más justo», indicó ayer la alcaldesa de Langreo, María Fernández, quien explicó que este sistema era inédito hasta ahora en el concejo y en la región.

Finalmente, de las 41 plazas convocadas, salieron a sorteo 34 (cuatro de oficiales de albañilería y 30 de peones). Otros cuatro puestos de oficiales (eléctricos, pintores y de fontanería) y uno de técnico de turismo fueron asignadas directamente al coincidir las plazas con el número de solicitantes que cumplían los requisitos. Los otros dos empleos (vacantes de la convocatoria de técnicos de turismo) se dedicarán a la categoría de operarios. El plan de empleo de Langreo, dotado con 835.000 euros del presupuesto municipal, busca favorecer la contratación temporal de las parados que estén atravesando una situación económica más compleja ya que incluye en sus bases, entre otros criterios, llevar sin trabajo más de seis meses y haber agotado las prestaciones públicas.

La hora de la cita era las once de la mañana, pero desde bastante antes ya había numerosas personas en el exterior del teatro. Tras la lectura de los nombres de los aspirantes se introdujeron los números que les correspondían en una urna. La niña Nerea Hernández Ferregüela fue elegida como mano inocente para extraer las papeletas. Cada vez que la pequeña repetía el movimiento y entregaba un número a los funcionarios municipales los gestos de alegría y las muecas de decepción se alternaban en el patio de butacas.

En primer lugar se sortearon las cuatro plazas de oficial de albañilería, para las que había ocho aspirantes. Celestino Hernández, un felguerino desempleado del sector de la construcción, fue el primer solicitante en salir elegido. «Llevo un año al paro y desde marzo sin cobrar nada. Vivo con mi novia y ella también está sin trabajar así que estábamos tirando de lo que pudimos ahorrar y de lo que nos ayudaba la familia. Es por un año, pero mientras tanto espero que pase el chaparrón y todo se normalice un poco», afirmó Hernández, para quien el sorteo «garantiza que no haya enchufismo ni cosas raras».

A continuación se sortearon las 30 plazas de peones. Francisco Zurdo, vecino del barrio de Pénjamo, no ocultaba su satisfacción después de obtener la plaza. «Me dedico a la ferralla y estoy en el paro desde hace tres años, con mujer y una hija de 19 años, y ya había acabado todas las prestaciones. Esto va a venir muy bien». Luis Agrasar, también de La Felguera y trabajador del transporte, quedó en paro hace un año y agotó las prestaciones en junio. Tenía el número uno en el sorteo. «Albergaba mis reticencias pero parece que ha sido sorteo puro. Vivo con mi madre, una pensionista viuda y toda la vida la había ayudado con mi sueldo. Ahora vivíamos los dos de su pensión. Aquí está todo muy fastidiado. O marchas fuera o no hay nada».

Inés Noval Suárez, de Riaño, confesaba nada más obtener la plaza que «no me lo esperaba. Casi no puedo hablar. No creí que me fuera a tocar. Llevaba al paro desde 2009». Otros, como Juan José Varela, de Ciaño, ven bien el sistema utilizado, pese a no lograr el empleo. «Mejor sortearlo que darlo a dedo. Lo veo bien, aunque no me haya tocado. Tenía el 279 y tocó el 278, qué se va a hacer». Junto a los 30 números elegidos, se extrajeron otros 30 de «reservas» ya que todavía falta por cotejar los datos de los solicitantes con la Seguridad Social.

La alcaldesa, María Fernández, aseguró a la hora de valorar el proceso que «nunca recurrimos al sorteo hasta ahora en los planes de empleo y no me consta que se haya hecho en otros sitios». El colectivo de parados Adepavan, por su parte, criticó ayer que no se contara con ellos al elaborar las bases.

«Aquí está todo muy fastidiado: o te marchas fuera o no hay nada; tenía mis reticencias, pero parece que ha sido un sorteo puro»

<Luis Agrasar >

Parado del sector del transporte

«Estoy sin cobrar nada desde marzo; esto es por un año, pero espero que mientras tanto pase el chaparrón y se normalice todo»

<Celestino Hernández >

Trabajador de la construcción en paro

«Llevaba tres años en el paro y ya había agotado todas las prestaciones; este empleo me va a venir muy bien»

<Francisco Zurdo >

Ferrallista desempleado

«No me lo esperaba; casi no puedo hablar, no creí que me fuera a tocar; llevaba en el paro desde 2009»

<Inés Noval >

Desempleada