Sara González Rodríguez es una langreana que creó su propia empresa para escapar de las listas del paro. Esta joven de 30 años, licenciada en Ciencias Ambientales, residió seis años en Madrid, trabajando para una compañía de servicios medioambientales cuando se vio en la calle por un ajuste de plantilla. «Decidí volver a Asturias e instalarme por cuenta propia. Tenía la experiencia necesaria, pero nunca me había atrevido a dar el paso. Fue entonces cuando me dije que era ahora o nunca; no podía dejar pasar esa oportunidad».

Natural de La Felguera, esta técnico ambiental pasó decenas de veces frente a las instalaciones de Valnalón, aunque reconoce que nunca supo muy bien qué era lo que se hacía allí dentro. «Siempre creí que era un sitio donde daban cursos», relata. La percepción cambió cuando se enteró de que había un semillero de empresas: «Yo era consciente de que dominaba mi campo profesional, pero no tenía controlado lo que era el funcionamiento de la empresa por dentro. Trabajar para ti mismo te da una perspectiva más amplia y otra satisfacción».

González llegó al semillero en agosto y en octubre ya había montado su firma, Nogal, dedicada a la elaboración de estudios de impacto ambiental; la certificación energética de edificios; los estudios de aislamiento acústico; o la gestión de residuos, entre otras tareas: «De momento estoy instalada en el propio centro de empresas de Valnalón. En la empresa estoy yo sola, pero mantengo colaboraciones con tres personas».

Las paradojas de la actual situación económica han querido que las mismas causas que acabaron con su carrera por cuenta ajena sean una oportunidad para que pueda consolidarse como empresaria: «Grandes compañías como la mía ajustaron plantilla y se replegaron, cerrando las delegaciones territoriales. La competencia a nivel local es menor y espero aprovechar ese hueco».