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Antonio Suárez aprendió a pintar a lo grande en Sama

El artista, fallecido la semana pasada, diseñó el mural del cine Felgueroso y allí conoció a Zuco, quien le mostró técnicas que utilizó en su carrera

Obra sin título de Suárez de 1975. Reproducción De J. R. Silveira

El pintor Antonio Suárez falleció la semana pasada en Madrid, a los 90 años de edad. Nació en Gijón, vivió en París y en Madrid formó, junto a los artistas Rafael Canogar, Luis Feito, Juana Francés, Manuel Millares, Antonio Saura, Manuel Rivera y Pablo Serrano, a los que luego se unieron Martín Chirino y Manuel Viola, el grupo El Paso, que abrió fronteras para el informalismo abstracto español. Gijón, París y Madrid son las ciudades de Antonio Suárez, pero Langreo también tiene un importante hueco en su biografía.

En Sama está su única pintura mural abstracta, la realizada en el techo del cine Felgueroso, y el fondo de pintura del Ayuntamiento de Langreo atesora dos obras suyas: un óleo sobre papel sin título, donado por la Sociedad Cultural "La Carbonera", y el "Bodegón Nº 5. Frutas", que durante años acompañó a los regidores langreanos en el despacho de Alcaldía. Pero el mayor vínculo de Antonio Suárez con Langreo tiene nombre, apellido y apodos: Jesús Díaz, "Zuco" o "El Ruso" (Sama de Langreo, 1928-Madrid, 2010). Estudiosos de la obra tanto de Suárez como de Zuco (Jesús Villa Pastur, Gabino Busto Hevia, Ana Gago?) destacan que el empeño del pintor gijonés de materializar grandes obras murales no habría sido posible sin la ayuda y la técnica del artista de Sama.

Otro langreano, el arquitecto Juan José Suárez Aller (La Felguera, 1920-Oviedo, 2008), fue el puente entre los dos artistas. Suárez Aller, considerado ahora como uno de los máximos exponentes del Movimiento Moderno en Asturias, destacó por incluir las artes aplicadas en sus proyectos arquitectónicos. Así, a finales de la década de los años 50 del pasado siglo encargó a Antonio Suárez (que ya había colaborado con otros arquitectos como José Luis Fernández del Amo o Ignacio Álvarez Castelao) la realización de un mosaico para el bajo de un edificio de viviendas que construyó en la calle Begoña de Gijón. Satisfecho con su labor, el arquitecto langreano contó con el pintor gijonés para su siguiente proyecto, el cine Felgueroso de Sama. En esta ocasión le encargó un gran mural para el techo del último piso del edifico, un espacio visible desde todas las plantas del inmueble e incluso desde la calle, ya que la fachada está compuesta por una gran cristalera que el arquitecto copió, según el mismo reconoció, de un edificio de Dakota del Norte (Estados Unidos) de Frank Lloyd Wrigth.

Antonio Suárez diseñó la pintura del Felgueroso, pero no la llevó a cabo. "Fuese porque estaba enfermo o porque tuvo que viajar a Alemania para participar en un exposición, como dicen distintas versiones, la ejecución fue del pintor Jesús Díaz, "Zuco", que comenzó una colaboración especialmente fecunda en el campo de las artes aplicadas", apunta la historiadora del arte Ana Gago, autora de "El arte de Antonio Suárez aplicado a la arquitectura", donde señala que "Suárez entregó un boceto rectangular que Zuco adaptó a la forma semielíptica del techo, con una inclinación próxima a los 45º. También cambió la disposición de los colores condicionados por las columnas que llegaban al techo". El resultado fue la primera y única pintura mural abstracta de Antonio Suárez, un colorido óleo sobre cemento de 99 metros cuadrados, y el inicio de una relación personal y artística inquebrantable.

"La ilusión del pintor gijonés de materializar las obras murales no habría sido posible sin la ayuda de los artistas que le transmitieron sus enseñanzas. Entre ellos el más importante fue el pintor Jesús Díaz, "Zuco", quien evacuado a la Unión Soviética durante la guerra civil, regresó en 1956 a España. Allí adquirió una importante formación artística en la Escuela Superior de Bellas Artes y Artes Aplicadas Strógonov de Moscú y en la Escuela de Bellas Artes y Artes Aplicadas Barón Stiglisch de Stalingrado. Además había realizado mosaicos, vidrieras y cerámicas para el metro de Leningrado", destaca Ana Gago.

Zuco regresó a España con la segunda repatriación de "niños de la guerra" y se estableció en su casa familiar de Langreo. Al año siguiente, en 1957, conoció en Sama a Eduardo Úrculo (Santurce, 1938-Madrid 2003) y se hicieron grandes amigos. Para Úrculo, Jesús Díaz era "el Ruso". Juntos se fueron a vivir a Oviedo en 1958. En la avenida Pumarín compartieron estudio-buhardilla durante cerca de un año y fue en esa época cuando a Zuco le llega el encargo del mural del cine Felgueroso, que fue inaugurado en diciembre de 1959, e inicia su colaboración con Antonio Suárez.

"En 1960, Jesús Díaz, al objeto de seguir compartiendo trabajos con Suárez, dejó Asturias y se avecindó definitivamente en Madrid. Al poco de residir en la capital, fue detenido por la policía de la Dictadura, acusado de colaborar con el Partido Comunista, lo que le acarreó malos tratos y pena de prisión", escribió en este diario el historiador del arte Gabino Busto Hevia, autor del libro "Zuco, pintor de Langreo", que añade que "vigilado y periódicamente molestado por los centinelas de aquella represiva Dictadura, el artista continuó en Madrid pintando y atendiendo sus colaboraciones con Suárez".

Fue una colaboración entre artistas "especialmente fructífera que no se interrumpió hasta la finalización de las labores como muralista de Suárez", apunta la historiadora del arte Ana Gago, que destaca que la relación entre ambos fue "de mutua confianza". "En ocasiones, Suárez daba los bocetos a Zuco y este los materializaba con absoluta libertad, sin producirse ninguna disputa entre ellos, pues sus ideas solían coincidir. El ejemplo más significativo es la pintura mural del cine de Sama de Langreo", escribió Ana Gago, que para su tesis doctoral entrevistó a los dos artistas y le sorprendió "la modestia de ambos hacia sus respectivas obras".

Antonio Suárez y Jesús Díaz, junto con el pintor Manuel Rivera, compartieron un taller situado en el barrio madrileño de Carabanchel Bajo que les había cedido un empresario asturiano. Posteriormente, en 1963, Suárez y Zuco, acompañados del escultor asturiano José Luis Fernández, se instalaron en unos estudios en la calle Sierra Toledana del barrio de Vallecas. En aquella época, Antonio Suárez ya se había ganado el prestigio como integrante del grupo El Paso, fundado en el verano de 1957, y sus obras abstractas ya había dado el salto internacional, representando a España en la Bienal de Arte de Venecia y con su primera exposición individual en Nueva York en 1963.

Pese al éxito, Antonio Suárez siempre tenía muy presente a las personas que le habían ayudado y Zuco figuraba siempre entre los primeros. Lo destacaba en estas páginas, la semana pasada, el pintor Manuel García Linares, amigo de Suárez. "En Madrid nos juntábamos en varias galerías, sobre todo en las cenas de Balboa 13 o cuando inauguraba en Juana Mordó, tanto en estos momentos como cuando tomábamos el café en Capitán Haya, le gustaba recordar sus comienzos y, sobre todo, rememorar cuando, tanto él como con Úrculo colaboró, en varios proyectos, el langreano Jesús Díaz, "el Ruso", más conocido como "Zuco", también fallecido hace pocos años al igual que Eduardo Úrculo, el más joven de todos. Suárez me decía que le debían mucho a Zuco porque les había aportado técnicas revolucionarias aprendidas en Moscú y Stalingrado y que él, posteriormente, utilizó cuando se inició en la abstracción. De Suárez se puede decir que ha sido maestro de maestros porque muchas de las figuras de El Paso hicieron uso de sus lecciones en las materias, entonces incipientes, que había aprendido con Zuco".

Además del mural del cine Felgueroso, propiedad del Ayuntamiento de Langreo tras la compra de la sala en 2005, el fondo de pintura de Langreo atesora dos cuadros de Antonio Suárez. Destaca, sobre todo, el "Bodegón Nº 5. Frutas", pintado en 1968, época en la que el artista introdujo referencias figurativas en sus composiciones, como se aprecia en esta obra con ricos empastes y colores. Durante años, este bodegón permaneció en el despacho de alcaldía del Ayuntamiento de Langreo, por lo que fue testigo de la toma de decisiones capitales para el concejo. Una vez construida la pinacoteca municipal "Eduardo Úrculo", en 2005, la obra formó parte de la colección inaugural.

La otra obra de Antonio Suárez incluida el fondo de pintura de Langreo no tiene título y se trata de un óleo sobre papel de 1975. Fue adquirido dentro de la X Bienal Nacional de Pintura La Carbonera. Con los fondos extraordinarios disponibles para conmemorar la décima edición del certamen de arte de Sama, los organizadores destinaron una partida presupuestaria a la adquisición de obras de artistas asturianos consagrados, mediante el sistema de invitación directa, para enriquecer los fondos de la colección. El jurado, presidido por el poeta José Hierro y en el que figuraban, entre otros, Rafael Canogar (compañero de Suárez en El Paso) y Joaquín Rubio Camín (con el que coincidió trabajando como delineante en el estudio de arquitectura de Antonio Álvarez-Hevia en Gijón) decidió adquirir cuadros que aglutinasen a las principales generaciones pictóricas asturianas, desde los nacidos en los años 20 a los nacidos en los años 50 del pasado siglo. Se compraron cinco piezas y entre ellas estaba el óleo sobre papel sin título de Antonio Suárez. Fruto de un convenio firmado en 2004 por la Sociedad Cultural La Carbonera y el Ayuntamiento de Langreo, la colección de pintura adquirida en la Bienal pasó a formar parte del fondo pictórico de Langreo, en el que también figuran dos obras de Zuco adquiridas por el Ayuntamiento en 2006. Suárez y Zuco volvían a coincidir en Langreo para siempre.

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