El pozo Sotón inició hoy su programa de visitas con sabor a boda. Esta mañana, un extrabajador de la explotación ha pedido matrimonio a su novia en las entrañas de la mina. Esperó por su "sí quiero" a casi 600 metros de profundidad. La pareja forma parte de la primera expedición, con un máximo de diez participantes, que estrenará los recorridos a la mina que organiza Hunosa.

Responsables de Hunosa explicaron ayer cómo se produjeron los preparativos. "Conocedor de que Hunosa ha comenzado a organizar visitas guiadas por el interior de la mina, un extrabajador del pozo quiso aprovechar el recorrido para pedirle matrimonio a su novia en el pozo". En las mismas galerías en la que él arrancó carbón durante años.

El pozo Sotón cerró sus puertas a finales de año pero, desde esta mañana, volvió a tener visitantes en sus galerías. Ya no eran mineros, sino turistas. La entrada para ver, sentir y escuchar la mina de cerca cuesta 48 euros. El recorrido tiene una duración de cinco horas e incluye una visita al exterior de la explotación, además de una charla sobre seguridad. El trayecto en superficie pasa por la sala de control ambiental y la sala de máquinas.

La visita de hoy ha sido especialmente emocionante para la novia, pero no dejó a nadie indiferente. El viaje empiezó con el descenso en la jaula hasta la octava planta. La primera parada se realizó en la zona conocida como "La Jota", una chimenea de ventilación con un paso estrecho que conduce hasta la novena planta. En la décima, los visitantes de esta mañana se subieron a un tren minero. Dos de ellos, según lo previsto por el novio, estaraban ya comprometidos.