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Una mina de montaña con queso casín

Una empresa de turismo de Caso oferta visitas a una explotación minera con degustación de productos del concejo

Vicente Merino, con los quesos de la degustación a la entrada de la galería principal de la mina. FERNANDO RODRÍGUEZ

Alquiler de bicis, rutas en todoterreno o a caballo son ofertas turísticas habituales. Pero ahora en Caso se ha sumado la posibilidad de realizar una visita a una antigua mina de montaña que además permite degustar quesos y vino. Todo empezó cuando Diego Aladro, propietario del Hotel Arnicio, decidió comprar unos terneros y alquilar un terreno de seis hectáreas para criarlos y poder ofertarlos en el restaurante: "Se encontró con que dentro del terreno había una mina con su cargadero, y cuando me llevó a verlo, se me ocurrió la idea de montar algo allí", explica Vicente Merino, responsable de la empresa "Turismo activo Monte Redes", que organiza las actividades.

Las visitas ya empezaron el 1 de julio, pero aún queda mucho trabajo por delante y las ideas siguen surgiendo: "Desde enero estamos adecentando la mina, porque delante estaba el vertedero de Campo de Caso. Tenemos muchas horas de pico, rastrillo y pala. Queremos poner césped, unos bancos, hinchables? Nuestra intención es crear un ambiente familiar", reconoce Merino. Quieren huir de la masificación y por eso sólo organizarán dos visitas diarias, una por la mañana y otra por la tarde, con grupos de no más de ocho personas: "Esto es un parque natural y queremos que se respete el entorno y que se mantenga limpio". Tanto es así que el vino se enfría en el río, listo para servir tras la visita.

Estar en un espacio protegido, tiene sus ventajas, pero también sus limitaciones a la hora de poner en marcha iniciativas: "Estar dentro de un parque natural tiene muchos inconvenientes, por ejemplo no puedo hacer una prueba de bicicleta por el monte. Te dicen que puedes pasar por la pista que hay hecha, pero para pasar de una a otra necesito cruzar un camino de seis metros que está protegido".

Por un precio de 20 euros, se incluye la ruta a la mina, la visita a la galería principal y la degustación de queso Casín acompañada de una copa de vino. Para los niños, el precio se reduce a 12 euros y el queso puede sustituirse por un sándwich o una hamburguesa. Durante la visita "pasamos caminando por la derecha de la galería y por la izquierda va el río. Después de unos metros, llegamos a una bifurcación. Allí hemos habilitado la galería de la izquierda para que se vea la beta del carbón y una chimenea. Más adelante, esperamos poder hacer con la gente algo de espeleología. Iremos contando la historia de las minas asturianas que empezaron siendo de monte. Pero le faltaba un aliciente, por eso decidimos poner unas baldas en la galería principal con unos quesos y como Diego también hace embutido con vacas casinas, todo eso acompañado de una copa de vino, hace la actividad más atractiva", comenta Vicente Merino.

El objetivo es intentar responder a la demanda hotelera: "El pulmón principal es esa actividad, esto no deja de ser un complemento. Vienen muchas personas de fuera, sólo un 20 por ciento es gente de la zona y lo que quieren es que les ofertemos actividades".

Los proyectos y las iniciativas no paran de crecer: "Tengo en mente organizar excursiones nocturnas, porque salir al monte de día todo el mundo lo hace. Estamos intentando que nos den de alta una cabaña que tiene Diego Aladro en la Vega de Brañagallones, con seis literas, que utilizaríamos para pasar la noche y después, al amanecer, asistir a la berrea, o para pernoctar, y para el invierno disponer de raquetas de nieve para excursiones", adelanta Vicente Merino.

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