La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

ALBERTO COTO GARCÍA | Calculista langreano, fue homenajeado en La Felguera

"La vida moderna nos lo pone muy fácil; hay riesgo de caer en la atrofia mental"

"Estamos totalmente alienados por la máquina; está bien tener calculadoras, pero no para multiplicar siete por cuatro"

Alberto Coto, ayer, en La Felguera. FERNANDO GEIJO

Es heptacampeón mundial y bicampeón olímpico de cálculo, atesora siete récord Guinness, ha participado en programas de televisión de medio mundo e imparte cursos y conferencias en colegios, universidades y empresas. El calculista langreano Alberto Coto García exhibe un currículum que asusta, pero ayer tuvo que enfrentarse a su operación más difícil: el homenaje tributado en La Felguera que organizaron la Asociación de Vigilantes de Seguridad Privada de Asturias (Avispa) y la Sociedad de Festejos y Cultura "San Pedro". Los números, esta vez, no sirvieron de ayuda. "Es difícil encontrar las palabras; todo esto me resulta muy emotivo", explicó Coto momentos antes del acto, en una entrevista con este diario.

-Usted es natural de Lada, donde sigue residiendo; ¿que supone que le rindan un homenaje los vecinos de su concejo?

-Al organizador del homenaje, Jorge Fernández Cuesta, le conozco desde hace varios años cuando también colaboraba con todo el tema de la protección de los animales. Desde el punto de vista sentimental es una sensación bastante fuerte. Me resulta más fácil dar una conferencia para mil personas en otro sitio o batir un récord Guinness. Es más controlable emocionalmente. El hecho de que la gente de casa te haga un homenaje es algo que agradeceré infinitamente y lo llevaré guardado para siempre en el corazón.

-Empezó a calcular con cinco años contando las puntuaciones de las partidas de cartas de sus familiares, ¿cómo fueron aquellos primeros pasos?

-Para mí es algo natural. La gente a la que no les gustan los números es la equivocada. Tendrá algo innato, pero sobre todo es práctica. De niño iba por la calle y hacía cuentas con las matrículas de los coches o repasaba la nota de la compra del supermercado. Si nos ponemos a pensar en términos numéricos podemos aplicarlo a todo en la vida.

-Los aparatos electrónicos han facilitado mucho la vida, ¿corremos el riesgo de que el cerebro se oxide?

-Bajo mi punto de vista sí. Estamos totalmente alienados por la máquina. Está bien que haya calculadoras, pero si vas a utilizarla para multiplicar siete por cuatro hay un problema. Todo deriva de la práctica. Si no mueves un músculo queda atrofiado. Si no practicas nada el cálculo mental no vas a tener ejercitado ese lado del cerebro. La vida moderna nos lo pone muy fácil, pero también corremos el riesgo de caer en una atrofia mental. Eso dejando claro que tener tantos aparatos es muy bueno. Es como todo. No es lo que tengas sino cómo lo uses. Si tienes un coche está muy bien, pero si lo utilizas para hacer un trayecto de cien metros...

-¿Pensaba de pequeño en que se ganaría la vida con el cálculo?

-Nunca lo imaginé. En el año 1996 viendo el programa de televisión "¿Qué apostamos?" vi que yo hacía más rápido la prueba con la que ganó el concursante. Me dije: "Aquí pasa algo". Participé en el concurso, gané y ahí empezó todo. Yo estaba preparando oposiciones y tampoco tenía muy claro lo que quería hacer. Al ver era bueno calculando descubrí que podía dedicarme a ello, aunque tocó picar piedra y moverse mucho.

-¿Cómo se prepara para las competiciones de cálculo?

-Antes de los campeonatos mundiales practico sobre las pruebas que te suelen poner. Después, en el día a día, me pongo a jugar con las matrículas, hago promedios de velocidad cuando estoy corriendo en la pista de Los Llerones o calculo cambios de moneda mentalmente cuando viajo a otros países. Jugar con los números es parte de mí.

-Imparte charlas y cursos en muchos países, ¿le obliga su trabajo a pasar mucho tiempo fuera de Lada?

-Me he movido por toda América, pero ahora estoy más centrado en Bolivia, Costa Rica y México. En octubre iré a Bolivia y pasaré allí cuarenta días. Lo que más me gusta es el tema pedagógico, pero recuerdo que cuando empecé tenía muy claro que debía dedicarme a lo que saliera. Me llamaron de "Crónicas marcianas" y recuerdo que también me llamaron de un evento en Barcelona en el que compartí cartel con un grupo de "hip-hop" y otro de "thrashmetal". Yo era la tercera pata del banco. Había que apuntarse a todas.

-Después de batir tantas marcas, ¿qué reto le queda por delante a Alberto Coto?

-En cualquier momento quizá intente batir otro récord, pero lo cierto es que en el momento actual, a mis 45 años, busco otro tipo de retos. En Bolivia vamos a organizar un campeonato de cálculo para los niños que llevará mi nombre y en el que estoy de organizador. Me apetece más inculcar el cálculo a los demás.

Compartir el artículo

stats