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Iberdrola concluye los trabajos para desmantelar la vieja térmica de Lada

Las tareas para retirar los equipos del grupo IIII han durado más de dos años y han supuesto un desembolso para la compañía de 3,8 millones

Las tareas de desmantelamiento de la central.

La vieja térmica de Lada ya ha desaparecido de la silueta urbana de La Felguera. Iberdrola -propietaria de la instalación- ha finalizado las tareas de desmantelamiento del grupo III según los plazos marcados. La actuación ha supuesto un desembolso de 3,8 millones de euros para la compañía vasca. La retirada de los equipos ya ha concluido y también se han hechos los estudios de contaminación del terreno liberado, con lo que sólo quedan por realizar tareas menores como asfaltar el terreno. Tras el desmontaje de la planta de Lada III sólo permanece en servicio el grupo IV de la térmica del Lada, la unidad más moderna.

Responsables de Iberdrola indicaron que la intervención está "prácticamente terminada" y se ha ejecutado "en plazo". "En estos momentos se está acondicionando la nueva red de drenajes de escorrentías de pluviales de la margen derecha del Nalón, en los terrenos que ocupaba Lada III. Los trabajos finalizarán con el asfaltado de la zona", expusieron desde la compañía vasca.

Por el momento, no se emplazarán nuevos equipos o instalaciones en la zona donde se asentaba Lada III. "No hay prevista ninguna utilización para los terrenos que quedan liberados. Hay que tener en cuenta que la instalación sigue en marcha con Lada IV y algunos servicios de este grupo permanecen en la margen derecha del río, al lado de la zona desmantelada; se trata de los almacenes, talleres, silos de cenizas y el parque de carbones, que está un poco más abajo siguiendo el curso del río", esgrimieron los responsables de Iberdrola.

Inversión

La obra de desmontaje de Lada III ha supuesto una inversión de 3,8 millones de euros. Los trabajos comenzaron en julio de 2013. En un principio, las tareas se concentraron en la retirada de transformadores, aceites y combustibles, así como de los aislamientos térmicos. Fueron labores complejas porque algunos componentes (tuberías de vapor y de alta presión) contenías amianto, lo que ralentizó el proceso de desmontaje. Posteriormente, se acometió la retirada de la gran chimenea de Lada III, una estructura de alrededor de cien metros de altura. La última fase de la obra consistió en la retirada de la caldera.

Iberdrola también ha realizado un estudio de la situación del suelo liberado por la operación. Desde la compañía vasca se hace hincapié en que la prevención ha sido uno de los ejes fundamentales de la obra y por eso se quería saber en qué estado ha quedado el suelo tras ser ocupado durante décadas por un grupo de generación eléctrica. "Los estudios del terreno no han dado nada relevante que obligue a realizar intervención alguna", expusieron.

Los 3,8 millones que se han gastado en el desmantelamiento de Lada III se suman a la inversión realizada en los últimos años en la mejora del grupo IV por parte de Iberdrola. Un total de 60 millones se dedicaron a la construcción de una planta desulfuradora y también se invirtieron 40 en potenciar la eficiencia operativa de la planta con la renovación de las torres de refrigeración y de los motores de la turbina.

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