El comienzo de la guerra civil fue el momento elegido por el cordobés Manuel Montilla para iniciar un diario que escribió hasta sus últimos días. Una docena de tomos con más de 500 páginas cada uno son ahora el legado que guarda como un tesoro su hijo Manuel, que reside en El Entrego junto a su mujer. Su intención es difundir las palabras de su padre, fallecido hace ahora siete años, porque "relata lo ocurrido hasta nuestros días de una forma muy personal, con un punto de vista diferente y aderezado con poesías; tiene mucho valor, al menos para mí", destaca. Además de sus pensamientos, Manuel Montilla relataba lo que ocurría, tanto a su alrededor como en el resto del país, apoyándose en los periódicos de la época, "con muchos detalles históricos que seguro han pasado desapercibidos".

Manuel Montilla nació en el pueblo cordobés de Montalván en 1916 y, al igual que otros muchos emigrantes, aterrizó en los valles mineros en los años 50, concretamente en la Güeria de Carrocera, en San Martín del Rey Aurelio. Se trasladaría más tarde hasta El Entrego. La mina fue su medio de vida, primero en Sorriego y después en Venturo, donde acabó jubilándose. Su única afición, como cuenta su hijo, "era escribir; de hecho, cuando alguien llegaba a casa, siempre le hacía una foto y después escribía sobre el visitante".

Pero quizá lo más llamativo era leer sus sentimientos ante el estallido de la guerra o cómo era la vida entonces. "En este triste día, 18 de julio de 1936, día de sangre, los hombres forman la guerra y tendrán que terminarla", señalaba, destacando líneas más abajo que "quien ganará esta contienda armada, nadie lo sabe en este primer día de guerra".

"Quizá fue el miedo a perder la vida en la guerra lo que le hizo escribir", explica Montilla, destacando que, en el diario, da cuenta de que "espera que su familia pueda leer lo ocurrido en caso de que fallezca". El caso es que su afición no acabó con la guerra, sino que se alargó toda su vida. "También le encantaba escribir poemas, de hecho, los diarios están plagados de ellos", apunta Montilla, que espera que los relatos de su padre despierten el interés de un posible editor y que el resto del mundo conozca su historia. "No sería la primera vez y creo que lo que cuenta es muy interesante", subraya.