"Rufino Roces era un paisano, su boina y su perfil son el símbolo del paisano y la amistad". Unas palabras llenas de emoción en boca del escultor Manolo Linares, quien tuvo el "honor" ayer de descubrir su escultura con la que pretende reconocer la figura del primer "Ciudadano ejemplar" de Langreo. Amigos y familiares de Rufino Roces acudieron hasta La Felguera para estar presentes en este homenaje cuando se cumplía un año de su fallecimiento.

El colectivo de Amigos de Rufino Roces fue el impulsor de este homenaje al que acudieron, entre otros María del Carmen Velázquez-Duro y Cardenal, Marquesa de La Felguera, quien destacó que este homenaje "es más que merecido, ya que ha sido un hombre buenísimo". La marquesa explicó que, aunque no había coincidido en muchas ocasiones con Roces, "siempre nos hemos tratado con mucho cariño, era un hombre que te echaba una mano en todo lo que pudiese". Por eso, "no podía faltar a este acto". Tampoco lo hicieron sus compañeros de la tertulia "Los Quijotes", como Francisco Rodríguez, presidente de Industrias Lácteas Asturianas. Rodríguez señaló que "cuando tenía un acto en Asturias, lo primero que buscaba era la boina de Rufino, porque su presencia me tranquilizaba, y siempre estaba allí, no fallaba a ningún acto". Tampoco obvió su estrecha relación dentro de "Los Quijotes", un grupo en el que "empezamos ocho personas y de los cuales ya nos faltan tres, además de Rufino, Ramón Colao y José Manuel Valle, y es difícil reemplazarlos porque ya no se encuentran personas como ellos". Otro "Quijote" que tampoco quiso perderse este homenaje fue Fernando Delgado, quien apuntó que Rufino Roces "destacó por trabajar en silencio, dentro del asociacionismo, con mucha ilusión y humildad, un trabajo anónimo que casi nunca se reconoce, pero que forma parte de la historia de los pueblos".

La escultura de homenaje a Rufino Roces lleva la firma de Manolo Linares. El escultor señaló que "quería plasmar sus grandes amores, como son La Felguera, Langreo, la industria en la que siempre estuvo trabajando y la montaña, porque era un gran amante de la naturaleza". Un homenaje físico con el que se inmortaliza el recuerdo del primer "Ciudadano ejemplar" de Langreo y que ha sido financiado por suscripción popular, contando con apoyo multitudinario. Ese respaldo fue agradecido por su hija Rosa Roces, quien con lágrimas en los ojos, destacó que "lo único que se le olvidó a mi padre fue el manual de instrucciones para que podamos vivir sin su presencia", dejando en el aire una de las frases de las que el homenajeado hacía gala: "Soy amigo de mis amigos". Por eso pocos faltaron ayer a este acto, tanto desde la política, como desde la cultura y el asociacionismo. Entre los presentes estaban Esperanza del Fueyo, presidenta de los Humanitarios de San Martín; el secretario general del SOMA. José Luis Alperi; el exdirector de LA NUEVA ESPAÑA Melchor Fernández; la presidenta de la Unión de Comerciantes del Caudal, Dolores Olavarrieta; o el expresidente de la Federación Asturiana de Empresarios, Severino García Vigón, entre otros. Este último afirmó que "hablar de Langreo y no hacerlo de Rufino es casi imposible, estaba en todos los saraos, se hacía notar para bien, y derrochaba amistad, bondad y armonía, por eso ha dejado un gran recuerdo". También el alcalde de Langreo, Jesús Sánchez, tuvo palabras de reconocimiento destacando que Roces "representa lo mejor de este municipio, dedicó una parte importante de su vida en el desarrollo de iniciativas de manera desinteresada".

Además del descubrimiento de la escultura, la iglesia de los Padres Dominicos de La Felguera acogió ayer una misa de aniversario en su memoria. Más tarde, tanto los familiares, entre los que se encontraba su mujer Sara García, como muchos de sus amigos, acudieron hasta la cripta de la iglesia de San Pedro, donde se encuentran depositadas sus cenizas. Un lugar muy cercano a la ubicación de la escultura que, además guarda estrecha relación con la vida del homenajeado, ya que nació a muy pocos metros de allí.