Existen claras evidencias de que nuestro trato con los animales no humanos ha ido cambiando a lo largo de los siglos. Para hacer un recorrido por esos cambios, Asunción Herrera Guevara impartió una charla en la Casa de La Buelga de Ciaño, en el marco del ciclo de charlas "Filosofía y Sociedad", organizadas por la Universidad de Oviedo y Cauce del Nalón, en colaboración con el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas. Herrera, que es Doctora en Filosofía y Profesora Titular de Filosofía Moral en la Universidad de Oviedo, ha ampliado su campo de investigación hacia la Bioética, esencialmente sobre una temática de la llamada macrobioética: la concepción filosófica de los animales.

Presentada por Miguel Ángel Martínez, la ponente comenzó hablando sobre el antropocentrismo, "una idea que va unida a la cultura occidental, en la que nos vemos como centro del universo hechos a imagen y semejanza de Dios". Para ella es algo que tenemos que alejar "si queremos hablar de relaciones éticas con seres con valores intrínsecos" y cree que "es necesario que esos valores estén junto a los instrumentales". Pero para admitir esto hay que romper con la doble concepción antropocentrista. "A una se la conoce como antroprocentrismo por defecto, se remonta Aristóteles y los estoicos, se asiente en a la tradición cristiano-agustiniana y se acentúa en el Renacimiento cuando se coloca al hombre en el centro del universo", destacó. En esta concepción se trata a los animales "como seres creados para nuestro provecho, unas especies carentes del atributo fundamental, la racionalidad". La otra concepción a la que aludió es la del antropocentrismo por exceso, "que afirma que somos superiores y ese distintivo nos otorga licencia para la explotación de los animales, aunque también les honramos y veneramos. Ambas concepciones han delimitado sin ambages el lugar que los animales no humanos ocupan en nuestras vidas y en nuestra sociedad", resaltó, y añadió que, "evidentemente, si vemos a los animales no humanos como un bien, no dejaremos de verlos como recursos, como bienes de nuestra propiedad con los que podemos mercadear". Frente a estas opiniones, tal y como explicó, han ido apareciendo diferentes y contrastadas propuestas como la teoría del emotivismo, "reivindicadora de que alguien puede pertenecer a la comunidad cuando puede despertar sentimientos de empatía y emoción".

Otra teoría es la del utilitarismo, expuesta ya por Stuart Mill, que defiende la necesidad de dar el mayor bienestar posible al mayor número de seres del planeta. "Las teorías llegan hasta el campo del abolicionismo que considera que no podemos abusar ni ver a los animales como propiedad", subrayó.

Asunción Herrera recordó la teoría de la expansión del círculo de la moral que Peter Singer popularizó y que caracteriza a la comunidad moral como un círculo que cada vez acoge a más miembros. "Nuestra especie ha realizado un aprendizaje moral a lo largo de su historia y ha ido transformando los parámetros que nos permiten incluir a determinados individuos dentro de lo que llamamos comunidad moral", apuntó. Ante todas estas nuevas teorías, "quien no sea bienestarista en el siglo XXI tiene un problema porque cada vez es más corriente que se extienda a la vida cotidiana de las personas", según la ponente. Esta nueva visión de las relaciones entre humanos y animales afecta a ámbitos comerciales como los que se dan en la industria alimentaria y la cosmética, sin olvidar a la industria militar que experimenta con mamíferos superiores como las cabras. Y en el listado de industrias dejó para el final, la farmacéutica, "la más polémica" porque "debe aplicar principios de la bioética y no repetir experimentos con animales que ya se hayan realizado con anterioridad".

Presentó un razonamiento lógico destacando que "los criterios intersubjetivos son aplicables a los animales no humanos porque los mamíferos tienen el mismo sistema nervioso y la etología dice que tienen expectativas, miedos y se aburren como nosotros". Por eso, el resto de especies "también buscan calidad de vida, apostando por sensaciones positivas y huyendo del dolor".