El comandante ovetense Pablo Sánchez Lacalle, jefe de la XXVIII campaña antártica del Ejército de Tierra, estuvo ayer en Langreo para hablar de la labor de apoyo prestada a los investigadores españoles desplazados a la zona. Por la mañana, Sánchez mantuvo un encuentro alumnos del IES La Quintana de Ciaño y por la tarde ofreció una charla en Sama, dentro del programa de XIV Memorial de montaña "Manuel Álvarez Díaz", dedicado al montañero langreano fallecido en 1996 en una expedición en el Karakorum.

Sánchez pasó tres meses al mano de la misión. "El recuerdo que te queda después de pasar cien días en la Antártida es algo imborrable. Sólo por el hecho de estar allí uno se siente privilegiado", expuso el militar ovetense, para añadir a continuación: "Los recuerdos son muchísimos, pero yo me quedo con la primera vez que vi una pingüinera. Estaba yo sólo con 20.000 parejas de pingüinos y esa sensación es espectacular; la Antártida es el último continente salvaje y natural. A ver si no lo chafamos entre todos".

El militar asturiano estuvo en la base española de Isla Decepción, a una temperatura media de cinco grados bajo cero, aunque "hay mucho viento y la sensación térmica es de menos 18". El campamento está a 1.000 kilómetros de continente sudamericano. "Se trata de una zona única, con volcanes activos y el mejor puerto natural de toda la Antártida. Los científicos estudian allí el comportamiento de los volcanes para diseñar técnicas para detectar erupciones, trabajan en proyectos de cambio climático y estudian todo el tema de especies invasoras".

Sánchez también destacó la "gran cooperación" existente entre las misiones científicas de diferentes países en la zona.