En el siglo XIX, Augusto Comte, fundador de la sociología, decía que es necesario "saber para poder". Con estas palabras, la pedagoga Sara García García comenzó su intervención en el salón de actos del CIDAN de Laviana enmarcada en el ciclo de charlas "Educación y Familia" que se desarrollan desde hace dos cursos. La actividad estaba organizada por el área de Educación del Ayuntamiento de Laviana en colaboración con el Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas. La ponente fue presentada por la concejala Inés García, que abogó por la involucración de los organismos para que los jóvenes puedan disfrutar en un medio social saludable y recordó que "los colegios deben ser semilleros de futuro en los que se valore el esfuerzo y la constancia".

La pedagoga acudió a Freire para reivindicar que "la educación no cambia el mundo, cambia a las personas que vamos a cambiar el mundo". Por eso piensa que la comunidad educativa debe tejer nuevas propuestas y desafíos que permitan "romper con un modelo educativo que premia el éxito individual en lugar de buscar respuestas colectivas, que se olvida de otras latitudes, que pretende generar respuestas automáticas y automatizadas". Cree, como Gandarias, que "nuestro deber es pensar una educación constructora de sujetos con capacidad crítica y habilidades emocionales alejada de esa educación castradora y punitiva donde se fomenta más la culpa que la responsabilidad". Ante las familias que se encontraban en la sala, señaló los valores que se deben inculcar, "desde el sentimiento de responsabilidad de los más pequeños para con la escuela, al apoyo incondicional de las familias para con el aprendizaje y la importancia de éste en los quehaceres cotidianos, pasando por la figura del profesorado como acompañante que agradece a cada alumno su presencia en el espacio de encuentro que los reúne cada día, la escuela". García confía en que a partir de sus caminos "generaremos aprendizajes colectivos sobre la importancia del afecto, los buenos tratos y la construcción del buen vivir en las aulas y en las casas".

Las palabras dieron paso a la imagen y se proyectó el documental "Camino a la escuela" dirigido por Pascal Plisson en el año 2013. La película narra la historia real y extraordinaria de cuatro niños, héroes cotidianos -Jackson, Carlitos, Zahira y Samuel- que deben enfrentarse diariamente con una multitud de adversidades y peligros para llegar a la escuela. Estos niños viven en cuatro puntos muy distantes de la tierra, pero comparten las mismas ganas de aprender y son conscientes de que sólo la educación les abrirá las puertas a un porvenir mejor. Para Sara García, la película "pone nombre a ese Sur que también existe, camina a la escuela, lucha y transforma". Indicó que los pasos de los cuatro protagonistas sirven para reflexionar sobre "esa aventura apasionante de transformarse para transformar el mundo".