"Es un incordio. Ahora esperamos en la parada al autobús que nos lleva a la estación del tren de Tuilla, donde volvemos a esperar por el tren. Y yo tendré que madrugar más para ir a trabajar", aseguró ayer Diego Sánchez López, uno de los viajeros afectados por el corte del tráfico de trenes de la antigua línea Gijón-Laviana de Feve que se extiende a todo el Valle del Nalón y se debe a las obras de soterramiento de las vías en Langreo. Fue uno de los usuarios que tuvieron que trasladarse hasta la estación ferroviaria de Tuilla, hasta donde llegarán y de donde partirán los trenes durante los próximos seis meses (plazo estimado inicialmente para la ejecución de los trabajos). Autobuses habilitados por el Principado trasladan a los viajeros por la comarca, desde Pola de Laviana hasta Tuilla, respetando las once paradas que realizaba el tren. La jornada transcurrió, según aseguró la Consejería de Infraestructuras, con normalidad. Ni Renfe ni el Principado detallaron cuál fue el número de usuarios de una línea que, según los últimos datos de la consejería, tenía alrededor de 500 viajeros diarios en las once paradas afectadas.

Los usuarios que esperaban el tren en la localidad langreana en la jornada en que se interrumpió el tráfico ferroviario se quejaron de que el viaje durará ahora "aún más que antes". La tardanza en informar de los cambios fue otra de las críticas de los usuarios del servicio de cercanías, que reclaman que se agilicen las obras para recuperar la conexión ferroviaria. Nada más producirse el corte, los operarios comenzaron los trabajos de retirada de la vía en el tramo del barrio Urquijo. Es la primera actuación de un conjunto que incluirá el refuerzo del edificio Incubatic, que se acometerá en aproximadamente dos meses, el desvío del río Candín y la instalación de los pilotes del futuro túnel antes de volver a colocar la vía.

En Pola de Laviana comenzó el viaje de María Rosario Fernández. Se subió al autobús habilitado por la Consejería de Infraestructuras y tras diez paradas -que se corresponden con las que realizaba el tren en Barredos, Blimea, Sotrondio, San Martín, La Central-Carrocera, El Entrego, San Vicente, Ciaño, Sama y La Felguera- se bajó en Tuilla para esperar a que llegase el tren de Gijón. "Es un incordio. Vengo desde Laviana y hemos empleado bastante más tiempo que cogiendo el directo", señaló, para añadir, riendo, que "igual nos dan de merendar en el tren".

El autobús en el que subió tenía la salida planificada para la una y veinticinco minutos de la tarde y cerca de las dos de la tarde llegaba a Tuilla. Quedaban entonces dieciocho minutos para que el tren efectuase su salida en dirección a Gijón. Poco antes lo había hecho el convoy que conecta con Oviedo. Según la planificación trasladada por el Principado los trenes tardan veinte minutos más en llegar a Gijón y Oviedo, de forma que el viaje se alarga hasta los 98 y 89 minutos respectivamente.

El corte ferroviario acometido como consecuencia de las obras de soterramiento, dada la estrechez del espacio en el barrio Urquijo, fue el centro de muchas de las conversaciones en los convoyes. "Todos hablaban de ello", indicó Diego Sánchez, que no se enteró de estos cambios hasta que se encontraba ya en la estación de La Felguera y comprobó que el tren que coge cada día para desplazarse a Siero no pasaba. "Llegué tarde a trabajar porque no se ha informado convenientemente en las estaciones", añadió. Para Sánchez representa un "gran trastorno" y desconfía de que el corte finalice en el tiempo estimado: "Ya pasó con otras obras, que se alargan".

María de los Ángeles Lucas hizo hincapié en que la información sobre estos cambios tendría que estar disponible antes en las estaciones ferroviarias. "Yo me enteré por el periódico y tendrían que haber puesto los carteles antes", subrayó. Esta vecina no ve los avances de los trabajos de soterramiento y espera que la interrupción del servicio no se extienda más de seis meses. Junto a ella, esperaba el tren Carla Fernández, que subió al autobús en Sotrondio. "Lo que está claro es que ahora vamos a tardar más", indicó. Carla Requejo se quejó también de que es "pesado" tener que coger un autobús primero y después esperar al tren pero "si no tenemos otra opción tendremos que hacerlo". En el mismo sentido se pronunció María Jesús Miguélez: "Si no queda más remedio tendremos que resignarnos" pero, añadió, esta medida causa molestias.

Unos viajeros subieron al tren y los que se bajaron ya tenían el autobús esperando para realizar el transbordo. Un sistema que estará operativo para los 42 servicios (de ida y de vuelta) de los días laborables y los 30 de los sábados, domingos y festivos. Renfe-Feve ha reforzado el personal de la estación de Tuilla, una localidad que ya constató ayer el incremento de la afluencia de personas que será una constante en los próximos seis meses.

El corte de tráfico ferroviario se produce debido a las obras de soterramiento, que se centran ahora en una zona muy constreñida por la presencia de edificios en el tramo de Valnalón y el barrio Urquijo. En ese área, por donde discurre el río Candín, trabajarán las pilotadoras en los próximos meses. Antes se realizarán labores de estabilización del terreno en las inmediaciones del edificio Incubatic para garantizar su estabilidad. Las obras no se pueden realizar en horario nocturno para no superar los límites acústicos.