El empresario langreano y exdiputado autonómico por Foro Asturias, José Antonio Martínez, admitió haber acosado laboralmente a tres empleadas. Las tres mujeres habían sido testigos en el proceso que acabó con el empresario reconociendo ser culpable de un delito de "acoso sexual" contra una cuarta trabajadora. Martínez deberá pagar una indemnización a las tres empleadas.

En el acto de conciliación, celebrado el 13 de enero en el Juzgado de lo Social número 1 de Mieres, el paso previo al juicio, el exdiputado llegó a un acuerdo con las tres trabajadoras, que quedan desvinculadas de sus empresas, y a las que tiene que pagar una serie de indemnizaciones. En el acta de conciliación se "ratifica el contenido de las demandas" de las mujeres, y se admite por tanto la "vulneración de los derechos fundamentales" de las reclamantes. Así, Martínez reconoce que las empleadas fueron objeto "de coacciones" que transformaron en "amenazas" tras testificar ante "la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Asturias". Un proceso en el que las empleadas se limitaron a corroborar las acusaciones de otra trabajadora, que demandó al empresario por "acoso sexual". Un delito que Martínez, en otro acto de conciliación previo al juicio, a mediados del pasado mes de diciembre, reconoció haber cometido.

Con la admisión de la "vulneración de derechos fundamentales", el empresario reconoce haber menoscabado la "dignidad, la intimidad, la integridad física y moral" de las trabajadoras. También se compromete a reparar los "daños morales inherentes a la propia vulneración reiterada de los derechos fundamentales descritos". El conjunto de las indemnizaciones deberán ser pagadas por los demandados: José Antonio Martínez, y sus empresas Langreo Contratas S.L., Cook Gastronomía Integral S.L., Limpiezas Langreo S.L. y Producciones Grela S.L. Martínez es propietario del 50% de las dos primeras compañías, del 31,33% de la tercera y del 95% de la cuarta.

El pasado 18 de diciembre, José Antonio Martínez ya se había declarado culpable de un "delito continuado de acoso sexual". Lo hizo ante el Juzgado del Primera Instancia e Instrucción número 3 de Langreo, culminando de esta manera un proceso que había comenzado cuando una de sus empleadas presentó la denuncia judicial. Las tres trabajadoras a las que ahora reconoce haber vulnerado sus "derechos fundamentales" fueron testigos en este proceso.

La sentencia por "acoso sexual", firmada de conformidad por las partes, recogía que los hechos habían ocurrido en su empresa, situada en el polígono de Riaño (Langreo). En ella se explica cómo el empresario se insinuaba a la víctima, a la que pedía que se sentara sobre sus piernas, diciéndole cosas como "qué fosca vienes hoy". El fallo establecía que, en un momento dado, había arrinconado a la mujer, "y aprovechando la hora de cierre" llegó a "darle un beso en la boca". Fue condenado a una multa y a pagar una indemnización a la víctima.