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El campus de Mieres tiene casi mil alumnos menos que hace sólo cuatro años

Hay 700 estudiantes matriculados, la mitad que cuando se hizo la instalación, que costó 132 millones, en 2002

El campus, con la residencia de estudiantes a la izquierda, el edificio de investigación y el inmueble principal, con el castillete del pozo Barredo detrás.

La cumbre sobre el campus de Mieres que el pasado jueves se celebró en Barredo tenía como principal objetivo alimentar la desnutrida expansión universitaria local con una dieta alta en compromisos políticos. El gobierno local acudió a la cita con hechos y datos cuantificables. Y es que el alcalde, Aníbal Vázquez, denunció ante el Principado y la propia Universidad de Oviedo que el campus ha perdido casi mil alumnos en apenas cuatro años. Según los datos que maneja el Ayuntamiento, y que fueron expuestos en la reunión del jueves sin que nadie, ni Principado ni Universidad los rebatiese, el campus de Barredo "llegó a tener más de 1.600 estudiantes en 2011 y ahora tiene poco más de 700".

El gobierno de Mieres ha podido constatar que el número de alumnos que actualmente están matriculados en la Escuela Politécnica de Mieres apenas supera las 700 personas. En 2011, siempre según los datos que el Consistorio ha obtenido desde los despechos del propio campus, el recuento superaba los 1.600. "Los números son estos y hablan por sí mismos", remarca Aníbal Vázquez.

Resulta impactante que el campus universitario de Barredo haya pasado de 1.600 alumnos a sólo 700 en el tiempo que tarda un alumno aplicado en graduarse, pero el paisaje se torna aún más abrupto si se amplia el foco de la observación. Hace apenas quince años, la vieja Escuela de Minas, embrión del actual campus, sumaba una media anual de cerca de 1.500 alumnos. Las desconchadas aulas del viejo edificio situado junto al barrio de La Villa dejaron paso, en 2002, al floreciente campus, el principal proyecto de diversificación económica y cultural abordado en la comarca del Caudal con fondos mineros. Tras una inversión ligeramente superior a los 130 millones de euros, Mieres tiene actualmente la mitad de universitarios que en 2001, el último año en el que la vieja Escuela de Minas funcionó.

El campus universitario de Mieres fue inaugurado hace ya más de una década, concretamente en junio de 2002, y en la actualidad sigue siendo un proyecto en fase desarrollo. El moderno y costoso complejo académico que surgió de la reconversión minera y que se levantó sobre un símbolo de la lucha sindical, el viejo pozo Barredo, está aún lejos de ser el cigüeñal llamado a cambiar el movimiento rectilíneo de la economía local por un avance más circular y, por tanto, abierto a nuevas vías de investigación y progreso. El campus no tiene ni tan siquiera la sexta parte de los 6.000 alumnos que se fijaron inicialmente como objetivo, ya que las nuevas titulaciones han llegado con cuentagotas, ni tampoco están en servicio todos los equipamientos previstos inicialmente. De hecho, tiene muchos menos alumnos, la mitad, de los que había antes de su puesta en marcha. Pero incluso con esas cortapisas, se ha convertido en un referente en muchos aspectos.

Fondos mineros

Las obras del campus de Mieres han sido financiadas íntegramente con fondos mineros. La inversión llega hasta los 132 millones de euros, unos 22.000 millones pesetas si las cifras se atienen a la moneda que estaba en curso cuando fue concebido el proyecto. Lo primero en desarrollarse fue el edificio científico-tecnológico, sede hoy de la Escuela Politécnica de Mieres, pero el proyecto incluía más equipamientos que tardaron en ver la luz, como las instalaciones deportivas, el edificio de investigación y la residencia de estudiantes.

En el marco académico es posiblemente donde menos avances ha logrado el campus Mieres. La titulación de Ingeniería Civil se sumó hace tres años a la oferta de estudios de Barredo, donde además de Forestales, también se imparten Minas y Topografía. El plan de Bolonia ha sido una pesada losa que ha impedido la llegada de más titulaciones. A nivel político, Mieres lleva desde el mismo inicio de la expansión universitaria en el concejo reclamando el traslado de la Escuela de Minas de Oviedo, pero las negociaciones no han fructificado debido sobre todo al porfiado rechazo de la dirección del centro.

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