Luarca, E. PELÁEZ

Más de trescientas personas se concentraron ayer ante el Juzgado de Luarca con dos pancartas en las que se recordaba a Mario González y Adrián Díaz, los dos jóvenes naviegos que fallecían en accidente de tráfico hacía un año. «Justicia para Mario y Adrián», rezaba una de las pancartas mostrada en esta concentración, convocada para mostrar su desacuerdo con el fallo judicial.

Una sentencia del Juzgado de Luarca establece para el conductor del otro vehículo implicado en el siniestro, E. G. B., el pago de 150 euros al considerar que su aportación causal al siniestro fue del diez por ciento. La Audiencia Provincial desestimó el recurso interpuesto por Rafael González, padre de Mario, que convocó la concentración de ayer «para pedir justicia para Adrián y Mario».

Permanecieron en silencio durante varios minutos a las puertas del Juzgado de Luarca. A continuación, tomaba la palabra Tarek Abdel-Muhsen Sáez, amigo de los fallecidos, para expresar el dolor sentido por la pérdida de dos compañeros. «Para nosotros, los jóvenes, asimilar la pérdida de un amigo no es fácil, menos aún cuando en lugar de uno son dos. Si ya de por si el dolor ante la pérdida es intenso, se agrava más si se produce en situaciones traumáticas», indicó, para añadir que el consuelo que queda entonces es «confiar en la justicia».

«Si bien es cierto que no hay manera de conseguir que Mario y Adrián vuelvan a estar con nosotros, y que nunca podremos cubrir el hueco que su pérdida ha dejado en nuestras vidas, creo que si tenemos derecho a pedir al menos que la ley actúe...», proseguía el comunicado que leyeron varios de los presentes. A continuación tomó la palabra Rafael González que habló de una «sentencia ridícula» y dio las gracias a los presentes por sumarse a la concentración silenciosa. Los aplausos cerraron esta manifestación, que provocó el corte de un carril en la Avenida de Galicia, donde agentes de la Policía Local se encargaron de ordenar la circulación de vehículos. La familia de Mario González se ha dirigido también al Defensor del Pueblo, que está estudiando el caso, y ha recurrido a la vía administrativa. La sentencia recoge que los dos vehículos implicados actuaron de forma negligente, aunque con distintos porcentajes. La prueba realizada por la Guardia Civil a E. G. B., a más de dos horas del accidente, dio como resultado una tasa de alcohol de 0,44 miligramos por litro de aire espirado. El informe pericial recoge que conducía a más de 140 kilómetros por hora, cuando la señalización no permite hacerlo por encima de los 80.