o hace falta ser un lince para asegurar que uno de los dos miente a sabiendas de que lo hace. Cómo se explica entonces que el alcalde de Navia sostenga que los presupuestos aprobados son realistas y que el portavoz de la oposición los acuse de irreales y de ficticios. Es verdad que nadie debe escandalizarse por ello, ya que la situación es la misma de años anteriores, pero a la inversa. En anualidades anteriores eran los socialistas los que discrepaban, seguramente por los mismos motivos e idénticos reproches que aducen ahora los populares para no apoyarlos. Yo me inclino por creer que ninguno de los dos dice la verdad en sus manifestaciones. Me inquieta saber por qué manos estamos gobernados, porque los vecinos de Navia no pueden seguir viviendo por más tiempo en el desconcierto y en el engaño.