Tapia, T. CASCUDO

La lista de problemas que se localizan en las instalaciones educativas de Tapia es extensa. A la cabeza se encuentra la existencia de un tejado de uralita que expone a los niños a los graves daños del amianto, material cancerígeno. Pero los padres van más allá y aseguran que «el colegio presenta un deterioro general, desde ventanas en mal estado hasta tuberías rotas, cables de la luz en contacto con el agua, goteras en la cocina y en las clases, inexistencia de presión de agua por el mal estado de las cañeríasÉ».

Además, lejos de mejorar, el estado del centro empeora a golpe de temporal. Dicen los responsables de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) que el último temporal de viento causó problemas en las instalaciones, a los que se suman los ocasionados por las constantes lluvias de esta semana.

El gimnasio se inundó por completo, algunas de las aulas registraban goteras y los ventanales filtraron agua, pese a haber sido renovados en los últimos meses. «Las paredes están llenas de humedades, en los techos se crean bolsas de agua y hay zonas con riesgo de desprendimiento al alcance de los niños», matizan desde la AMPA. Para los padres, «es un milagro que aún no haya sucedido una desgracia».

Asimismo, denuncian problemas con el servicio de limpieza, solicitan el cierre de las instalaciones educativas -ya que la puerta exterior del recinto está abierta todo el día, con el consiguiente riesgo para los niños- y piden la creación de un plan de seguridad y emergencias para planificar una posible evacuación del centro.

Lo que más preocupa es que los problemas no son nuevos y llevan denunciándose desde hace años. Muchos están incluidos en un extenso informe elaborado por los responsables del colegio y remitido a Educación.