Arancedo(El Franco), S. P.

La lengua azul está controlada, por el momento, en la comarca. José Manuel, el titular de la explotación de Arancedo, en El Franco, donde a finales del pasado mes de marzo se detectó un caso de lengua azul del serotipo 8 en una de las reses -importada de Alemania-, ha recibido los resultados de los análisis a los que fueron sometidas las treinta y nueve vacas restantes que componían la partida en la que fue detectada la enfermedad, confirmando el resultado negativo de los controles. No hay más vacas afectadas.

El propietario de la ganadería, José Manuel Martínez Reinal, mostraba su satisfacción por la noticia de que sus animales están sanos. «Tenía que ser así porque las vacas ya habían pasado los pertinentes controles con resultados negativos, aunque existía el temor a que ocurriese lo contrario». El pasado 25 de febrero llegaron a la explotación de Arancedo cuarenta novillas, de las que nueve procedían de Francia y treinta y una de Alemania.

Fue en este grupo donde los análisis realizados por la Consejería detectaron este nuevo caso de lengua azul. La res fue sacrificada el pasado lunes día 7, mientras que las restantes fueron sometidas a una segunda sangría que ha validado, definitivamente, la inexistencia de más brotes. De hecho, veintiocho de ellas fueron vendidas a diferentes explotaciones ganaderas del occidente asturiano una vez superados los primeros análisis que se les realizaron a su llegada al Principado y este resultado no ha hecho más que confirmar el buen estado de la ganadería de Arancedo.

Sin embargo, los nuevos brotes de esta enfermedad aparecidos en otros puntos de la región siguen afectando a las ganaderías del Occidente. En este caso, José Manuel Martínez lamenta que el caso de lengua azul descubierto en Villaviciosa esté provocando dificultades en la venta de terneros. La normativa exige realizar controles y análisis a cada novillo para poder movilizarlo, lo que retrasa la operación en una media de veinte días y hace que la operación deje de ser rentable económicamente. «Un ternero frisón vale en el mercado 60 euros. Así que muchos ganaderos optan por sacrificar al animal porque esa espera les dispara los gastos hasta los 80 euros», explica.

Con respecto a la ampliación de la zona de protección y vigilancia por la lengua azul al noroccidente de Asturias, Martínez aseguró que continuará comprando y vendiendo ganado con normalidad. «Eso sí, tendremos que continuar con los controles y análisis al ganado», indicó. El de esta ganadería fue el segundo caso detectado en el Occidente después de que, en diciembre, una ganadería de Tol (Castropol) registrase siete positivos por lengua azul.