Cangas del Narcea, Pepe RODRÍGUEZ

La escuela «Gigantinos» de educación para niños y niñas menores de 3 años, abierta el año pasado en Cangas del Narcea, ya tiene cubiertas todas sus plazas y posee una lista de espera. Lo mismo se puede decir de la guardería Hakuna Matata, cuyas instalaciones están llenas desde primera hora de la mañana.

El dato es de especial relevancia si se contrapone a las ya célebres palabras del consejero de Salud, Ramón Quirós, quien anunció que el servicio de anestesia epidural no se prestaría en el Hospital Carmen y Severo Ochoa de la villa porque «es demasiado costoso para un área tan reducida y con un índice de nacimientos de apenas dos partos a la semana». Sin embargo, el número de nacimientos tan bajo se vincula con la ausencia de dicha anestesia, que hace que muchas mujeres decidan ir a dar a luz a los hospitales del centro del Principado. Este fenómeno se ve avalado por el hecho de que la previsión de plazas de educación infantil y guardería con arreglo a los nacimientos en el Hospital Carmen y Severo Ochoa se queda muy corta con respecto a la demanda.

Además, la especial tipología social y geográfica del Suroccidente hace que esas plazas sean cubiertas casi exclusivamente con niños y niñas de Cangas del Narcea. No es muy habitual usar estos servicios entre habitantes de pueblos adyacentes, menos aún de concejos vecinos, y aún está muy arraigada la idea de que, si existe la posibilidad de que los niños se queden en casa, éstos deben permanecer en ella con sus progenitores.

La escuela infantil Los Gigantinos comenzó su actividad el año pasado. Ya no puede aceptar más alumnos. Por su parte, la guardería infantil Hakuna Matata cumple su tercer año abierta y su matrícula no ha parado de crecer. Tiene lista de espera. Su capacidad es de treinta plazas y están cubiertas con creces aún haciendo turnos entre los cuidadores.