o paro de recibir llamadas ni dejan de pararme por la calle para presentarme quejas del desastre que vive Navia, como si uno tuviera la posibilidad de solucionar las quejas. Ayer, en concreto, me asaltaban dos vecinos, a uno de los cuales conozco, mientras que del otro no tengo noticia de quién es. Uno de ellos quería expresar su malestar por las condiciones de abandono en que se encuentra la zona de Las Vegas, debido a que no hay quien siegue la hierba de todos los espacios públicos. El otro trataba de comunicarme el desastre que existe en la zona del paseo marítimo, al encontrarse desde hace más de un mes con una columna del alumbrado público, que se encontraba rota y amenazando caer, sin que nadie con un mínimo de responsabilidad se haya percatado de ello o, al menos, sin que nadie haya tomado las medidas necesarias para corregir esos desmanes y restituir ese mobiliario urbano a su anterior estado.