Cangas del Narcea,

Pepe RODRÍGUEZ

Los padres de los alumnos de Colegio Público de Preescolar del Fuejo han iniciado una protesta para exigir a la Consejería de Educación del Principado de Asturias que no se elimine una de las dos aulas de Educación Infantil con las que cuenta el Colegio Público Maestro Casanova. Dicen los padres, cuyos hijos deberán pasar el año próximo al Colegio Maestro Casanova tras finalizar su etapa preescolar, que si las dos aulas quedan reducidas a una los treinta alumnos quedarían ubicados en una clase y que, además, según explican, la ley sólo permite un máximo de 25 alumnos por aula, con lo que, «¿qué pasará con esos cinco alumnos, a qué centro tendrán que acudir», se preguntan los padres de los alumnos.

Dicen los afectados que este recorte les parece intolerable y que «nosotros sólo exigimos que nuestros hijos puedan ir al Maestro Casanova porque así lo queremos y ahora mismo tienen sitio».

La polémica se originó cuando se hizo pública la intención de la Consejería de reducir a 25 las plazas del primer curso de Primaria para el próximo años. «Que conste que no tenemos nada contra los otros colegios, pero no nos resignamos a que se masifique un aula que ahora es de 15 alumnos pasando a ser de 25, y que los niños y niñas que no cojan tengan que irse a otro colegio», dicen los padres. «Es una contradicción que se diga que se está luchando contra el fracaso escolar y, a la vez, hagamos que cada profesor tenga más alumnos a su cargo de los que tenía», añaden.

En sus reivindicaciones tratan de dejar claro que no exigen nada más que lo que ya existe, «nos dicen que es una cuestión económica, debido a que los presupuestos están prorrogados, pero es que a nosotros nos vale con que prorroguen lo que tenemos. No pedimos que aumenten las aulas, ni escaleras mecánicas para bajar al patio, ni que pinten las paredes, sólo queremos mantener lo que hay. Lo que no puede ser es que se ahorre dinero en la educación de nuestros hijos».

Santiago Martínez, secretario de información y empleo de Comisiones Obreras, incidió en que esta medida se englobaba dentro de una política general de abandono del Suroccidente, «la escuela infantil sólo es la punta del iceberg. Con la política actual puede desaparecer la mitad de las escuelas rurales, es una reconversión a gran escala y la hacen sin convocar a padres ni a profesores, sólo directores y sin tener en cuenta a los alumnos».