Cangas del Narcea,

Pepe RODRÍGUEZ

Es la mejor noticia del año para las mujeres de Cangas del Narcea. El compromiso del Principado a implantar la anestesia epidural en el Hospital Carmen y Severo Ochoa a partir del segundo semestre de este año ha sido desde ayer motivo de brindis y alegría en el área sanitaria II, sobre todo entre las mujeres. Al fin, podrán parir sin dolor y en el centro que les corresponde. LA NUEVA ESPAÑA ha recogido sus opiniones y todas se muestran optimistas ante una medida que tendría que haber llegado hace mucho tiempo.

María José Fernández es abogada, está embarazada de seis meses y piensa que «personalmente no estoy de acuerdo que se discrimine a las mujeres de esta zona. Lo justo e igualitario es que el servicio se aplique a todo el mundo. Porque esto es un círculo vicioso; al no existir la epidural, la gente va a dar a luz a otros sitios y eso hace que aquí parezca que nacen pocos niños. Otra cosa es que yo decida dar a luz de forma natural, eso no impide que las opciones tienen que estar para poder ser elegidas». Belén Fernández es psicóloga y asegura que hasta el compromiso de ayer en el área sanitaria II «estábamos discriminadas y tuvimos que hacer casi una revolución para llegar a esto. Es la revuelta popular la que ha conseguido que nos hagan caso, no bastaba con tener la necesidad, esto demuestra que la presión popular funciona. Los datos de los nacimientos en la zona estaban falseados». Lucía Iglesias también quiso dar su opinión al respecto. Licenciada en Ciencias del Trabajo, se alegra de que la epidural llegue a Cangas, «así deja de existir un agravio comparativo con las mujeres de la zona rural, y se evita el trastorno de tener que ir al centro para poder parir sin dolor. Se trata de una opción, nunca de una obligación, y hemos de tener el mismo derecho que el resto de mujeres asturianas».

Marta Veiga es licenciada en Historia y madre de una niña que tuvo que nacer en Oviedo porque en Cangas del Narcea no había opción para poner anestesia epidural. «Era necesario, urgente y justo. Se estaba tardando más de lo debido y gracias a la presión popular se ha conseguido. No podía consentirse la situación, no nos cuadra que digan que les interesa fijar población aquí y luego nos recorten en cosas tan básicas como sanidad y educación. Yo quiero tener más hijos, y quiero dar a luz sin dolor y, por supuesto, quiero que nazcan en Cangas».

Sandra Fidalgo es camarera y madre. Tiene dos niñas que nacieron en el Hospital de Cangas y explica que, aunque ella optó por prescindir de la anestesia y dar a luz en Cangas, esto no significa que «no tengamos el mismo derecho que el resto de mujeres a tener todas las opciones».

Carmen Pérez, también vecina de Cangas y comercial, incide en lo mismo. «Claro que es positivo. Era una obligación de los políticos del Principado y era indignante oír sus excusas todos estos meses. Tenemos la sensación de que la recogida de firmas y el no dejar pasar el tema han sido determinantes en que hayan dado marcha atrás». Las mujeres de Cangas esperan ahora que el compromiso se haga realidad y que se inyecte la primera epidural, «hasta que no lo veamos, no nos lo creeremos del todo», matizan las canguesas.