Cangas del Narcea,

Pepe RODRÍGUEZ

Los residentes en el pueblo de Fondosdevilla, situado al lado de Tormaleo, en el concejo de Ibias, viven angustiados por la reciente caída de una piedra de considerable tamaño desde la explotación minera de Minas Tormaleo Grupo MSP, que se encuentra en la montaña adyacente.

No es la primera vez que sucede, aseguran los vecinos, que recuerdan cuatro casos desde que en 1998 comenzará la actividad minera en las cercanías de la población de Ibias; y existe bastante miedo a que acabe ocurriendo una desgracia.

José María Fernández, vecino de Tormaleo, se encontraba bastante cerca del lugar donde cayó la roca. «Mi vida corrió serio peligro, si te golpea un cascote de estos te deja en el sitio. Todos los días se dispara alguno desde la explotación y es impredecible dónde puede caer algo», afirmó.

Los vecinos dieron parte de lo ocurrido con la piedra a la Guardia Civil, que tomó pruebas de lo sucedido. «Los operarios de la empresa trataron de llevarse la piedra pero, obviamente, se lo impedimos», aseguran los vecinos. La Jefatura de Minas envió a sus técnicos al lugar y se explicó a los afectados que se iban a tomar medidas correctoras «pero la verdad es que días atrás se produjo una voladura brutal que hizo que se movieran las viviendas y todo», relata Saturnino Pérez, que reside en la vivienda de Fondosdevilla dónde casi impacta la piedra.

Los habitantes de la zona se preguntan por «las medidas que va a tomar la Administración y si es de recibo conceder licencias de explotación cuando nuestra vida puede estar en peligro. Exigimos medidas porque esto ya es un infierno; todos los días antes de disparar pasa un todoterreno por aquí con las sirenas puestas. Nos gustaría saber si eso es para que nos metamos en un búnker o para qué... No entendemos esa pantomima, y la aguantamos a diario», se quejan.

El problema con la empresa viene de atrás, según estos mismos vecinos, ya que el contrato firmado con los habitantes de Fondosdevilla fue considerado nulo en sentencia firme al no ser firmado por todos ellos.

Las esperanzas de los vecinos se basan en que, a simple vista, la parte de la explotación que se encuentra pegada a la población apenas si tiene tres o cuatro meses más de trabajo, aunque añaden que nadie les quita el miedo que están pasando.

«Y luego seguirán en las zonas cercanas y parece que a nadie le importa poner freno a situaciones que nos parecen gravísimas y que sólo tendrán eco si ocurre alguna desgracia. Es bien triste que haya que recurrir al alarmismo para que se nos haga caso en algún lado», denuncian en Fondosdevilla.