De nuevo el polideportivo de Tapia parece incitar a la rebelión en las aulas. Pero deberían de entender los que tanto protestan que sus enfados deberían de dirigirlos contra la Consejería de Educación, privándoles de una instalación a la que tienen derecho. Por eso no parece lógico que protesten contra el Ayuntamiento por no permitir colocar un cobertizo en una de las fachadas del edificio. Sería una mala práctica construir un añadido en uno de los edificios más singulares de Tapia, que forma parte de un conjunto de tres edificios del siglo XIX. Personalmente, aunque puedan censurarme, me parece correcta la política del Ayuntamiento de no consentir un adefesio del que no se librarían nunca más, como un testimonio a la chapuza. Lo que necesitan en Tapia es un diálogo transparente y eficaz que encuentre una solución justa, que ha de pasar forzosamente por un compromiso de la Administración regional de tomar el asunto en serio.