Castropol, T. CASCUDO

El tiempo amenazó con estropear la jornada en forma de intensas lluvias, pero los castropolenses consiguieron un año más llenar de colores sus calles para celebrar la fiesta del Corpus Christi. Durante toda la mañana las principales vías del casco antiguo de Castropol presenciaron un constante desfile de visitantes, cámara en mano, que no quisieron perderse esta cita declarada fiesta de interés turístico regional.

Para que ayer todo estuviera dispuesto y radiante, hicieron falta semanas de trabajo, como explica el portavoz vecinal Ovidio Vila. «El último mes es el de trabajo más intenso, pero a lo largo del año vamos preparando los diseños y la organización», explica Vila. «Alrededor de cuarenta personas se involucran directamente en los preparativos, pero la noche y el día anterior trabaja todo el pueblo», añadió.

El Corpus floral bate cada año récords en vistosidad y elegancia, pese a que Vila reconoce que «creo que ya hemos llegado a lo más alto». Y tan alto han llegado que ya son frecuentes los encargos de diferentes puntos del país e incluso del extranjero para que desarrollen su arte sobre el asfalto. El 15 de junio, una delegación de vecinos se desplazará a Ripollet (Cataluña) para deslumbrar con su arte floral. También están a punto de culminar los trámites para convertirse en asociación. Se llamarán «El Pampillo», porque así se llama su flor predilecta. «En alguna edición hemos empleado cerca de 500.000 unidades de pampillo», explica Vila.

No obstante, las abundantes lluvias de este año han dañado buena parte de las flores, por lo que los artistas han reducido su uso y las han sustituido por otros elementos como cascarilla, arena o arroz. Eso sí, pertinentemente teñidos para alcanzar la vistosidad que caracteriza las alfombras castropolenses y de la que se sorprendieron ayer los cientos de turistas que recorrían en fila india los estrechos pasillos junto a las alfombras.

La incertidumbre del tiempo estuvo presente hasta el final. De hecho, las lluvias de la jornada del sábado impidieron rematar todos y cada uno de los detalles. En sus veinte años de historia, las alfombras florales del Corpus castropolense no se han suspendido jamás.

Con el gancho de Castropol, en los últimos años otros municipios se han apuntado a la elaboración de alfombras de flores. Ayer también se pudieron ver en localidades como Puerto de Vega, San Tirso de Abres y Boal.