E. PELÁEZ

Cudillero,

Los alumnos del Colegio Público Asturamérica de Cudillero acudieron ayer a clase sin desayunar. Y no en señal de protesta, sino que lo hicieron porque la primera comida del día les esperaba en el centro educativo.

Era un desayuno saludable. A las nueve de la mañana se empezaron a colocar los alimentos sobre las pequeñas mesas. Los alumnos esperaban la comida. Primero fue la fruta (naranjas, manzanas y plátanos) cortada en pequeñas porciones.

Después vendrían las rebanadas con pan, aceite y miel y para concluir la leche y el cacao. Profesores e integrantes de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) vigilaban que no faltase absolutamente nada en cada una de las mesas, perfectamente acondicionadas para la ocasión.

Es la segunda vez que el Colegio Público Asturamérica organiza un desayuno saludable. Este año contó con la colaboración de la Fundación Alimerka, que proporcionó desinteresadamente los alimentos que tomaron los niños. Cuatro litros de miel, cinco litros de aceite, cincuenta litros de leche y trescientas piezas de fruta para los ciento cincuenta niños del centro escolar de la villa pixueta.

En las mesas de los más pequeños la atención de las madres y los profesores se identificaba. Allí podían escuchar a Juan comentarle a una compañera que la leche con cacao la toma todos los días por la mañana antes de acudir al colegio. «Y por la tarde, también», señaló. A unos metros, uno de los alumnos que se incorporaron en este curso al centro escolar no le pone muy buena cara a una rebanada con aceite y miel que le ofrece un maestro. Tras probar la miel, deposita el pan en la mesa. No comerá más, pero coge otro trozo de plátano del plato colocado en el centro de la mesa. Con este desayuno se pretende enseñar a los alumnos cómo realizar de manera correcta la primera comida del día y la importancia que ésta tiene dentro de una dieta equilibrada.

La iniciativa fue organizada por el programa de salud del colegio. Según explicó Susana Salazar, coordinadora del proyecto, se han puesto en marchas varias actividades. Una de ellas se gestó tras observar la comida que llevaban los alumnos a clase para el recreo. Decidieron entonces establecer un menú contando con la colaboración de los padres de los niños. De esta forma, los lunes toca fruta y verdura; los martes, bocadillo; los miércoles, frutos secos, lácteos y huevo cocido; los jueves, galletas con chocolate o pan con chocolate, y los viernes se repite uno de los menús del resto de la semana.

Además, en la fiesta que organizan junto a los niños de la escuela infantil de menores de 3 años se sirven fruta y batidos.