V. DÍAZ PEÑAS

Pola de Somiedo,

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Los veinte primeros años del parque también han dejado su huella en el sector ganadero. En la actualidad existen más de 200 explotaciones ganaderas, y la media de cabezas de ganado llega a las 45. Se han modernizado y profesionalizado, y siguen siendo uno de los pilares básicos de la economía del concejo. Más allá de esta notable mejoría, su papel es primordial en la conservación del medio natural del parque. Como explica el regidor municipal, Belarmino Fernández Fervienza, la calidad del ganado somedano es un referente, y en ello fue clave el desarrollo del parque natural.

La ganadería fue mejorando gracias al trabajo del colectivo Aseava, a la riqueza genética de la raza asturiana de los valles (tan característica de la zona) y a las subvenciones. También fue vital, como señala el regidor, la mejora en las infraestructuras ganaderas y la potenciación de una profesión tan digna como la que más. «Si ellos desaparecen algún día, el parque también lo hará, pues son fundamentales en la conservación del medio natural», puntualiza.

El presente es, por tanto, halagüeño, y más después de haberse cumplido los objetivos del parque. Ahora el futuro, como señala el regidor somedano, pasa por potenciar los productos agroalimentarios y sacarlos a la venta aprovechando la marca de calidad que significa Somiedo.

No es lo único que hay que hacer. Se debe seguir avanzando en la habilitación de servicios que permitan a los somedanos seguir viviendo en sus pueblos de origen. «Tenemos que prestar gran atención en este sentido, pues el gran problema sigue siendo la despoblación. Hay que mejorar los servicios básicos para que la gente no marche a la capital», añade. Y es que los vecinos de Somiedo quieren tener los mismos derechos que los de otros municipios urbanos de Asturias. Es un largo camino, pero el concejo ya tiene una buena parte hecha.

Si hay alguien en Somiedo que se ha visto beneficiado por el parque, ésos son los ganaderos y hosteleros de la zona. Como explicó ayer Manolo González, ganadero, uno de los miembros más veteranos de la junta del parque, ya nada es igual en el concejo desde la declaración. «Se acabaron los viajes en burro hasta las brañas y las penurias. El pueblo ya no se conoce. Hemos dejado atrás los barros y la penumbra para dar un cambio espectacular. Si no hubiera sido por la declaración del parque, hoy no quedaría nadie en los pueblos. Sin embargo, la ganadería ha mejorado mucho, y el sector turístico, también», puntualizó el ganadero del núcleo somedano de Villar de Vildas.

El cambio y el renacer también se notaron en la hostelería. Antes de 1988 los que acudían a Somiedo se podían contar con los dedos de las manos, y ahora es uno de los principales destinos turísticos asturianos. Como explicó ayer Herminio Cano, ligado desde siempre al negocio de la hostelería, si Somiedo es lo que es, fue gracias al parque. «En el año 1987 me iba de vacaciones en agosto. Hoy es algo impensable, ya que llenamos casi todas las plazas hoteleras del concejo, que superan las 1.200», explicó.

Ahora las decenas de campistas que llegaban antaño a los lagos se han convertido en miles de visitantes que acuden durante todo el año. De la misma manera opinó Aurelio Lana Feito, propietario de una taberna en Valle de Lago desde hace 28 años. Para él el turismo que ha logrado atraer el parque es óptimo, ya que viene buscando naturaleza y rutas para caminar.

«El parque lo fue todo durante estos últimos años, y gracias a ello se han conseguido muchos avances para los vecinos. No sólo más alojamientos turísticos, sino también más posibilidades de vida para una zona que estaba hundida prácticamente en la miseria y en el olvido», matiza el hostelero somedano.

Atrás quedan, por tanto, aquellos tiempos de aldeas casi olvidadas, de comunicaciones por pistas y de un negro futuro. Hoy en día Somiedo ha resurgido y mira con esperanzas a un futuro que se presenta prometedor. Al menos, mucho mejor que aquel panorama de precariedad y abandono de hace sólo 20 años.