Castropol, Jorge JARDÓN

Existen trabajos silenciosos y discretos que pasan desapercibidos a muchos vecinos, pero que deben de ser destacados.

Ese es el caso del centro de experimentación pesquera de Castropol que en este año ha puesto en marcha cuatro proyectos que se están desarrollando. Uno de ellos se refiere al engorde del pulpo con distintas dietas y pautas de alimentación para optimizar su desarrollo. Se recogen los pulpos de un kilo, al ser el peso mínimo permitido, en unas piscinas y se les alimenta a base de lirios, bacaladilla y mejillón, en una cantidad que representa el 6% de la biomasa del pulpo.

Otro proyecto se refiere al cultivo de la oreja de mar y del oricio, aunque mientras la oreja de mar apenas se consume en Asturias hay gente que se interesa por ella para exportarla a Japón, China y Australia, países en los que cuenta con gran aceptación y un buen precio. La finalidad del oricio será, en cambio, poner a punto técnicas de cultivo para obtener juveniles y repoblar zonas esquilmadas. Hay que tener en cuenta que el consumo de Asturias de oricio es tan elevado que es necesario traer oricio de Galicia para abastecer el mercado propio. Y por último, el centro de experimentación pesquera de Castropol lleva tres años produciendo semilla de almeja fina para repoblar las rías de Villaviciosa y del Eo, un proyecto que se encuentra en plena fase de desarrollo al lograrse cada año entre las quinientas mil y el millón de unidades.

Y mientras el proyecto del pulpo es un tema coordinado con Valencia, Murcia, Canarias, Galicia y Andalucía, el de la oreja de mar y el oricio sólo lo comparten Canarias, Galicia y Asturias.

Aunque el proyecto ha quedado paralizado de momento, Castropol estuvo colaborando en un programa de investigación para conseguir la cría larvaria del pulpo, lo cual supondría un avance considerable porque permitiría tener cubierta una demanda cada vez mayor y hacer más asequible su precio de mercado. La responsable del laboratorio, la bióloga Carmen Rodríguez, señala que se había avanzado con éxito en los estudios del pulpo, pero a una escala muy reducida, no descartando, por consiguiente, reabrir el proceso. Mientras los pulpos respondían bien al proceso de engorde, las dificultades se producen en las fases anteriores del destete. El proceso de la experiencia tiende a que el pulpo desarrolle todo su proceso en cautividad dentro de las propias instalaciones, algo que aún no se ha logrado.

Los cuatro proyectos están financiados por el JACUMAR ( secretaría general de Pesca del ministerio) y por la comunidad autónoma. Hay que recordar que la dirección de Pesca del Principado de Asturias invirtió un partida total de 100.000 euros en Castropol para ampliación y mejora del laboratorio, creando un espacio nuevo al haberse quedado pequeño aquel en el que se venía trabajando desde hace años y que demandaba nuevos equipamientos. Y precisamente esa ampliación permite contar actualmente con cuatro biólogos becarios que desarrollan cada uno de los proyectos del centro de Castropol.