Tapia de Casariego,

T. CASCUDO

Hace dieciocho años que Diego Méndez creó en Tapia el Club de Surf Picante. Su objetivo principal es impulsar e inculcar entre las nuevas generaciones un deporte que él aprendió cuando era niño. Sus maestros fueron dos surfistas australianos, Peter y Robert Gulley, quienes, casualidades de la vida, llegaron a Tapia para seducir al Cantábrico con un deporte aún desconocido en sus orillas.

Estos dos jóvenes de 18 y 17 años recorrían el mundo descubriendo nuevas playas en las que surfear hasta que se enamoraron de las olas tapiegas. Y en Tapia se quedaron durante cuatro meses, en los que hicieron amigos y, sobre todo, sembraron la semilla de un deporte que enseñaron a los chavales del pueblo. Uno de esos chavales era Diego Méndez, quien ahora se ha reencontrado con su maestro.

Robert Gulley se encuentra estos días en Tapia para recibir el homenaje que la villa le ha organizado para este sábado y que, asegura, «es un honor». Quien no podrá acompañarle es su hermano, compañero de fatigas, fallecido justamente un 9 de agosto de hace 17 años.

Gulley explica que, cuando llegó a Tapia por primera vez, descubrió «un pequeño pueblo pesquero de gentes muy amables». Pero, sobre todo, lo que fascinó a los hermanos Gulley fue su costa: «Mi hermano y yo subíamos al norte desde la costa de Portugal y, al pasar por delante de la playa de Tapia, vimos unas olas muy guapas y decidimos parar a surfear». Cuenta Robert Gulley que los chavales de la zona se quedaron «alucinados con las tablas y se las prestamos para que ellos probaran». Ahí nació todo.

Lo mejor de las olas tapiegas, comenta, es que «no tenías por qué compartirlas con nadie; en cambio, en Australia en cada ola había cientos de surfistas». Añade también que «las olas de Tapia son intensas, consistentes... un paraíso».

A sus 57 años, Robert Gulley sigue practicando el deporte que tanto ama y ayuda, estos días, a Diego en su escuela de surf. «El surf tapiego está en buenas manos y los niños aprenden cada día». Asegura que casi le gusta tanto surfear como ver aprender a los más pequeños.

En los cuarenta años que separan la villa que lo vio llegar por vez primera de la actual, apenas ha habido cambios en el surf. Lo que ha cambiado, explica Robert Gulley, es el material de las tablas. «Ahora son más manejables y dan al surfista mayor maniobrabilidad sobre la ola». Básicamente, explica este apasionado de la costa, el surf es igual aquí que en Australia, «sólo nos separan 25.000 kilómetros, pero yo veo aprender a los chavales de aquí con la misma ilusión que ponen los australianos».

Los hermanos Gulley se han convertido en toda una institución en Tapia, fundamentalmente porque le han dado un lugar en la historia del surf europeo, como una de sus principales cunas.

Esa semilla que abonaron en la costa cantábrica fructificó, años más tarde, en 1970, en el primer Campeonato de España de surf. En la actualidad, el Club Gulley Brothers organiza cada año una prueba del Campeonato del mundo.

Aquellos niños que aprendieron a surfear con los Gulley conformaron una de las más brillantes generaciones de surfistas del pueblo. Hoy la cantera está bajo mínimos y, por eso, Diego Méndez, campeón de España, y su hijo, Pedro Méndez, campeón de Asturias, trabajan duro en la escuela de surf.

«Queremos recuperar la cantera, que la gente de Tapia vuelva a volcarse con el surf», explica Diego Méndez.

Cada mañana y en grupos reducidos, la escuela de Surf Picante forma a chavales de seis años en adelante. «Nuestro sistema de trabajo permite adquirir en una semana los conocimientos básicos para ponerse de pie y correr la ola». Su centro es la playa de Los Campos pero, en función del mar, se desplazan a otros arenales del concejo, desde Penarronda hasta Tapia. Aunque, añade Diego Méndez, «la mejor es siempre la de Los Campos». Gulley está de acuerdo y asegura que, estos días, la playa tapiega está «perfecta, con olas de medio metro».

El Club de Surf Picante está pendiente también de la concesión de un local, por parte del Ayuntamiento, para que «los chavales dispongan de un lugar para dejar los materiales y hacer encuentros». Además de clases de surf, Picante también organiza eventos deportivos; el próximo será el Campeonato interclubs, entre los días 15 y 17.