Arante (Ribadeo),

Nuria M. REYERO

Doscientos años después del enfrentamiento, la localidad de Arante, en Ribadeo, volvió a revivir la victoria sobre las tropas napoleónicas en sus tierras. Eso sí, con la diferencia de no haber heridos ni bajas y con la presencia de un público expectante ante lo que acontecía.

Y es que el pasado fin de semana tuvo lugar la recreación de la batalla que en el año 1809 enfrentó a los vecinos de las siete parroquias de Ribadeo y Trabada y el ejército francés. De nada sirvieron las armas y la fuerza de los 150 soldados invasores, comandados bajo el mando del general M. Françoise Fournier, cuando pretendían regresar a Mondoñedo desde Ribadeo tras proclamar rey de España a José Napoleón I. La astucia y la gran resistencia por parte de los valientes gallegos, defensores de sus tierras, consiguieron derrotar a los hombres de Fournier y frenar así el paso al ejército francés hacia su destino.

La representación escénica del acontecimiento fue protagonizada por los miembros de diversas asociaciones napoleónicas procedentes de Galicia, Asturias y de Castilla y León. Pero los numerosos asistentes al acto también aportaron su granito de arena en la recreación. Bajo el estruendo de los cañones se podían oír gritos del público de «¡Viva Galicia!» y « ¡Viva Fernando VII!», aportando así un papel importante en la representación. Los aplausos no cesaban, y las risas también se hicieron notar ante los comentarios jocosos de los luchadores. «Ven aquí, que te vas a enterar», le decía un militar francés a uno de sus rivales.

Y es que no faltó detalle alguno en la recreación de la batalla. La vestimenta que llevaban los miembros de ambos bandos, tanto los franceses como los campesinos gallegos, se ajustaron a la perfección a los trajes de época. Tampoco faltaron los cañones ni las armas, así como los caballos, cuyas riendas parecían estar dirigidas por auténticos militares franceses.

Antes del comienzo de la batalla, las autoridades de Ribadeo y de Trabada descubrieron una placa conmemorativa en la iglesia parroquial de Arante, como recuerdo de la gran lucha acontecida entre los vecinos gallegos y el ejército de Fournier doscientos años atrás.

Pero los acontecimientos ya habían dado comienzo el sábado con la recreación de un campamento y de la dotación de un fuerte de la época, en el Fuerte de San Damián. También hubo un desfile por las calles del casco viejo de Ribadeo para representar, a continuación, la liberación del pueblo gallego de la invasión napoleónica en la plaza de España. Galicia echó una mirada atrás a su historia con la recreación de esta batalla, y, con ello, recordar la gran hazaña de derrotar a un ejército tan temido como el de Napoleón.