Jarrio (Coaña),

Ana M. SERRANO

La mancomunidad del Occidente, propietaria del matadero comarcal de Jarrio, descarta la posibilidad de acometer reformas en el macelo. Su presidente, José Antonio Barrientos, asegura que no hay expectativas de nuevas inversiones y que en caso de constatar la existencia de deficiencias graves en las instalaciones, sería la empresa que explota el servicio la que tendría que encargarse de realizar las obras necesarias.

Barrientos hizo estas declaraciones después de que la asociación de mayoristas, mataderos y salas de despiece del Principado denunciara la existencia de informes desfavorables de sanidad sobre las condiciones del macelo. En ellos, según la asociación, se alerta de deficiencias en los procesos de depuración de aguas y recogida de sangre y del precario estado de las instalaciones destinadas al ganado. El presidente de la entidad aseguró, no obstante, que la junta directiva de la mancomunidad no ha recibido ninguna notificación de inspección sanitaria del Principado informando de deficiencias graves, algo que sí dice conocer la asociación de mataderos. «Nosotros no tenemos nigún informe oficial de la última inspección que se hizo, que fue el 18 de julio», informó Barrientos, quien también explicó que la mancomunidad está estudiando organizar un posible encuentro con la asociación de mataderos de Asturias, tal y como los últimos reclaman.

El matadero comarcal de Jarrio da servicio a carniceros y particulares de la comarca, y la mancomunidad asegura que, de momento, no se han recibido críticas por parte de los usuarios.

La entidad propietaria de las instalaciones se enfrenta a su disolución por acuerdo de los 17 municipios que la componen, y por ello no tiene previsto acometer inversiones a corto plazo. Su presidente aseguró que el matadero «está gestionado por una empresa que tiene que cumplir con unos requisitos». Y es que la concesión llevaba aparejada una serie de compromisos por parte de la empresa, como la instalación de una predepuradora.

El macelo de Jarrio se enfrenta además a un nuevo concurso público al anular una sentencia la adjudicación a la empresa Cárnicas de Jarrio, por ser «arbitraria».